Piensa bien y acertarás.
Las personas generalmente reaccionamos a como nos tratan, ¿cómo las tratas tú?
Nelson Mandela sostiene que casi todo el mundo es bueno, mientras no se demuestre lo contrario. Y además cree que si tratas a alguien como si fuera bueno, es más probable que actúe como tal, aunque sólo sea para complacer.
Habitualmente más bien suele suceder lo contrario, juzgamos antes incluso de conocer, y tratamos según la resolución del juicio que hemos realizado. Y después nos quejamos de que se han cumplido nuestras sospechas acerca de esa persona.
Partamos de la base que nadie es intrínsecamente malo, nadie nace malo. La maldad es la consecuencia de las circunstancias y entorno vivido, así como la educación recibida. Según alguna de las personas que trabajaron en el juicio de Nuremberg, donde se juzgo por crímenes de guerra a algunos dirigentes Nazis, se llego a definir a la maldad como la falta de empatía en el ser humano. Por lo tanto es algo que puede aprenderse, y también es algo que puede cambiarse y desaprenderse.
Por otro lado, si la persona te va a tratar mal, la trates como la trates es inevitable, ahora bien, si pudiera cambiar su reacción por el trato que tu le des, ¿estás conmigo en que merece la pena intentarlo?
Por otro lado, atraemos con mayor facilidad lo que proyectamos, si sonreímos es fácilmente comprobable que más personas nos sonríen, si tratamos mejor a las personas, podremos comprobar que tiene el mismo efecto.
Te invito a que te acerques a esa persona con la que no tienes especial simpatía, empatices con ella, intentando ver las cosas según las ve ella, y tengas una conversación. Entrenarte en el arte de la amabilidad te abrirá muchas puertas.