Un paraíso en el paraíso, Banyan Tree en la bahía de Tamouda, Marruecos. Banyan Tree Tamouda Bay. Marruecos.

El lujo tailandés abre sus puertas en la costa marroquí del Mediterráneo.

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La cadena de hoteles y resorts de lujo Banyan Tree acaba de abrir las puertas de su primera oferta en el Mediterráneo, Tamouda Bay en el norte de Marruecos, a 22 kilómetros de Tetuán. Este paradisíaco complejo hostelero está situado a unos escasos quince minutos de Castillejos, en la bahía de Tamouda, una larga franja costera de más de 20 km de arena, sol y mar situada al sur de Ceuta y que llega hasta la villa portuaria de Rincón.

La empresa Banyan Tree fue creada en 1994 por Ho Known Ping, un hombre de negocios nacido en Hong Kong y criado en Tailandia, que puso en práctica una nueva forma de entender la industria hotelera y del ocio. La idea de Ho Known Ping era combinar los complejos turísticos, los hoteles, los balnearios y las casas residenciales de descanso con un máximo respeto y un cuidado extremo con el medioambiente y el estilo de vida de la región. Actuando bajo esta filosofía su propuesta se ha expandido por China, India, Tailandia, Indonesia, Corea, Laos, Maldivas, Isla Mauricio, México, Vietnam, Emiratos Árabes, Seychelles y ahora también en el Mediterráneo, en la costa de Marruecos.

EL MILENARIO ENCANTO DE LA COSTA MEDITERRÁNEA.

Lo más normal al llegar a Banyan Tree Tamouda Bay es quedar prendado del paisaje. Resguardada por las abruptas y rugosas montañas del Riff, el Mediterráneo se frena plácidamente ante la suave costa de la bahía de Tamouda El entorno es mucho más verde de lo que permiten imaginar los habituales clichés que se tienen sobre Marruecos y su tierra. Además el complejo hotelero rinde homenaje al legado árabe y andalusí de la región y al patrimonio cultural y arquitectónico marroquí con el fin de acomodarse al lugar, al paisaje. En la edificación y la decoración del resort confluyen ambas culturas, con exteriores austeros, blancos e impolutos, y una rica ornamentación interior. Su inclusión y adaptación dentro del terreno es total, enriqueciendo aún más el paisaje con una cuidada y exuberante jardinería, en la que los olivos y otras plantas autóctonas ocupan un lugar predominante.

Las fuentes y la vegetación invitan al descanso y recuerdan de alguna manera la ancestral habilidad de los árabes para crear paraísos de agua y verdor en parajes insospechados. Por la noche, el lugar se vuelve aún más mágico. Al silencio y la tranquilidad se suma una cuidadísima iluminación. Las luces envuelven el lugar de manera discreta y eficiente, ofreciendo un perfil lleno de embrujo que además permite ver en su esplendor el cielo estrellado, la luna, sus reflejos en el mar, la lejana silueta de la montaña. Un skyline único, sobrecogedor, emocionante.

UNA GRAN DIVERSIDAD DE ESPACIOS PARA UNA INMEJORABLE OFERTA.

Banyan Tree Tamouda Bay no es un hotel, es un pequeño universo en el que cohabitan suntuosas villas individuales, con una o dos habitaciones, tienen su propio jardín, piscina, salón y, toda clase de comodidades imaginables. Un habitáculo amplio en donde el lujo se esconde tras el buen gusto y el detalle de la comodidad. No falta de nada y todo está pensado para hacer agradable la estancia. Son villas espaciosas situadas en un gran terreno, lo que permite que no se aglomeren unas sobre otras, con amplios espacios comunes y siempre orientadas hacia el mar y la montaña.

El mar, el Mediterráneo, es obviamente un importante protagonista. Frente hay una zona de piscina común, de un azul insultante, más que el cielo más que el mar. Blanco y azul, blanco y verde. Hasta el horizonte. Junto a la playa particular se encuentra una zona infantil, el centro de actividades, en donde se coordinan todo tipo de deportes marítimos, así como ejercicio en el agua, running o cualquier otra modalidad de preparación física. Allí también está el Azura Beach Club, en donde durante el día se puede degustar de la comida mediterránea, especialmente de sus riquísimas ensaladas, y por la noche disfrutar de la más refinada cocina o disfrutar de una copa junto al mar en un ambiente amigable y distendido.

Justo detrás de esta zona de costa se haya un gran lago y después el edificio central, que alberga, entre otras cosas, el restaurante Tingitana, cuya cocina dirige el maestro Youness, un experto encargado de elaborar los platos más sabrosos de la riquísima gastronomía marroquí. También allí, en ese cuerpo central se haya la recepción, vistosa como un palacio árabe de varios siglos atrás, una galería de arte y el Volubilis Bar, un agradable rincón donde poder reunirse y tomar todo tipo de bebidas. Allí, como en todo el complejo, destaca también la cortés y detallista atención del personal, amable, discreto y profesional.

EL BAMBÚ QUE CRECIÓ ENTRE LOS OLIVOS.

Al encanto del ambiente marroquí y mediterráneo se suma el toque tailandés que sus creadores han incluido en algunos puntos muy concretos, como el área del spa, con su zona de aguas y sus espacios para los distintos tipos de masajes que allí se ofrecen. Todo ello atendido por un muy profesional y cualificado personal venido directamente desde Tailandia. Un entorno para la serenidad y el relax, cuidado hasta el mínimo detalle, en donde el cliente puede descansar y limpiar de impurezas tanto su mente como su cuerpo. Otra zona reservada para el exotismo asiático es el restaurante Saffron, en donde se brinda al cliente la oportunidad de disfrutar de la rica comida Thai, espléndidamente elaborada por el chef Sukassem. Además, en el recinto del spa, Banyan Tree Tamouda Bay también ha dispuesto un gimnasio y una sala de yoga para aquellos clientes que lo soliciten.

UNA AMPLIA POSIBILIDAD DE ACTIVIDADES.

Pero no se trata sólo de un lugar en el que recogerse, aislarse del mundo y descansar. Dadas las posibilidades que ofrece el entorno, también se han programado múltiples actividades. Evidentemente las relacionadas con el mar tienen primacía, como por ejemplo bucear, ya que en la zona hay magníficos lugares en donde realizar esta práctica, con espectaculares cuevas y un fondo marino único. También se programan excursiones para ver delfines y ballenas, así como wind-surf, moto- acuática, etc.

Mirando hacia el interior se pueden realizar excursiones a caballo, en mula, en bicicleta o en quad, senderismo y escalada. Se puede practicar golf en el campo de 18 hoyos situado en las cercanías o simplemente recorrer los caminos y los pueblos de alrededor.

UN VIAJE POR LA HISTORIA Y LA CULTURA MARROQUÍ.

Banyan Tree Tamouda Bay se encuentra relativamente cerca de Chefchaouen, la ciudad azul, uno de los rincones más deliciosos, pintorescos y con mayor encanto de Marruecos. Sus calles limpias y recogidas, sus casas pintadas de azul, sus gentes alegres y acogedoras hacen que pasear por esta localidad transporte al viajero a un universo diferente e inolvidable.

Así mismo, el complejo residencial se encuentra muy cerca de Tetuán, ciudad que acoge su famosa Medina, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Una ciudad en la que se mezclan las culturas y las gentes, los productos y los tiempos, el pasado, el presente y el futuro de Marruecos. A poca distancia de Banyan Tree Tamouda Bay se encuentran también Ceuta y Tánger, cuyo aeropuerto se encuentra a menos de una hora de vuelo con las eficaces y cómodas Líneas Aéreas Air Nostrum. Dos ciudades llenas de encanto que el viajero debe igualmente visitar y disfrutar ya que son otras dos perlas más del Mediterráneo, de su historia y de su cultura.

El destino Banyan Tree en Tamouda Bay es un santuario para los sentidos, para disfrutar de la vida, del lujo bien entendido y del verdadero sentido de nuestra existencia: el tiempo en toda su magnitud.

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