El secreto de la Costa Alentejana.

Probablemente conoces el Algarve portugués, conoces las playas de Cascais, conoces Oporto,… ¿Pero y si hablamos de la Costa Alentejana? La región del Alentejo es parte del litoral vecino que menos masificado está y que más por descubrir tiene. Es una franja de casi doscientos kilómetros situada desde la orilla sur del río Sado (Setúbal) hasta el Algarve. Toda esta línea de costa está salpicada por playas enormes, calas y pueblos pesqueros a los que las hordas de turistas todavía no han llegado. Recorriendo las playas de la zona de Carvalhal vuelves a creer en el paraíso por sus aguas azules y la escasez de visitantes. El resto de atracciones están en Porto Covo, donde la tradición pesquera no ha desaparecido, la playa de Zambujeira do Mar o el Castillo amurallado de Sines.

Para visitar un lugar tan extraordinario lo mejor es alojarse en un hotel a la altura. Naturarte es un hotel con encanto de Rusticae fuera de lo normal. Está compuesto por dos espacios compartidos y de clara inspiración rural: Naturarte Río y Naturarte Campo. Cada uno con su identidad propia y en común la tranquilidad y el confort. Diez habitaciones rodeadas de zonas como la piscina panorámica, el pomar, el campo de tenis o el centro hípico. Los días son diferentes aquí, porque cada mañana, el desayuno llega a la puerta de tu habitación en un recipiente de corcho y a la hora que desees. El resto del día lo puedes pasar caminando por el paisaje de la heredad y disfrutando de cada uno de sus miradores.

El proyecto de Naturarte tiene dos rostros visibles, los de los hermanos Rui y Luis Gracia, que idearon un hotel en el que también destaca el mundo del arte con obras cedidas por sus propios familiares como J. Silva Graça o Marta de Menezes. El arte y la música tienen su espacio, pero también la gastronomía. La responsabilidad de los sabores es de Pamela Wieser, que combina las mejores carnes, pescados, frutos y vegetales para crear sabores únicos.

La localización de Naturarte es otro de sus grandes secretos. El río Mira cruza la heredad permitiendo entrar en contacto con deportes acuáticos sin necesidad de ir al mar. El paisaje está cruzado por campos de flores que encaminan hacia la Sierra del Cercal. Muy cerca del hotel, las playas de Malhao, Aivados y Almograve. En cuanto a turismo por la zona, es imprescindible hacer una visita a los fuertes filipinos, construcciones en el comienzo del siglo XVII destinadas a la defensa contra los piratas. Además, junto al hotel quedan activos molinos de viento, donde aún es posible comprar harina. Todo natural, y todo Naturarte.