Alojarse en el corazón de una familia barcelonesa.
En el Primero Primera la sensación de hogar y calidez es mayor que en ningún otro.
Cierras los ojos y te trasladas a la Barcelona de 1955, sus calles reciben la visita del primer automóvil: el mini-coche Biscuter. A tu alrededor tienen lugar los festivales wagnerianos, la decoración del Paseo de Gracia, el accidentado concierto de Louis Armstrong en el Windsor Palace, los goles de Kubala y las paradas de Ramallets. A diez minutos del centro se está construyendo el barrio residencial de “Tres Torres”, cercano a la calle Mandri y de Sarriá. Una de las casas de esta zona noble se ha convertido más de medio siglo más tarde en el hotel boutique Primero Primera. Abre los ojos. Vuelta a 2012.
Este hotel podría ser definido como un ‘hotel familiar’, pero no por su trato sino porque sus huéspedes se alojan en el corazón de la familia Pérez-Sala, la familia que desde la construcción del edificio y hasta nuestros días ha vivido en la primera planta del edificio, dedicando el resto al alojamiento. Por eso en el Primero Primera la sensación de hogar y calidez es mayor que en ningún otro. La decoración está formada por elementos clásicos y modernos, todo con el objetivo de crear atmósfera de casa particular. Gran parte del mobiliario e incluso de los elementos decorativos está rescatado directamente de los años 50 o bien del mobiliario original de la familia como la colección de fotografías sobre la vínculo entre la familia y el mundo del motor.
En total son 30 habitaciones ordenadas en tallas S, M, L y XL. La XXL es muy especial: un apartamento con 60m2 de terraza, cama King size, sofás convertibles y salón. Ideal para estancias largas o familiares en la Ciudad Condal. ¿Qué quieres comer? El barrio Tres Torres está lleno de establecimientos singulares. Destacan el restaurante chino Shanghai, de los mejores de Barcelona; el Trapío, para cocina catalana; o la cocina creativa de St. Remy a ocho minutos andando.