Lujo.
¿Qué es lujo?, dices mientras clavas / en mi pupila tu pupila azul. / ¿Qué es lujo? ¿Y tú me lo preguntas? / Lujo... eres tú.
Se levantó cuando su cuerpo tuvo a bien, disfrutó de una ducha larga y cálida envuelta en el aroma de las velas perfumadas y de los aceites esenciales con los que mimó su piel; se preparó un café con toques de chocolate y tostó pan para después aliñarlo con unas gotas de aceite y unas arenillas de sal; preparó la bandeja la colocó en la mesa auxiliar del salón al tiempo que se acomodaba en su butaca de pensar y soñar con un par de libros cerca, un lote de revistas, su libreta y el pequeño ordenador que le servía para acumular en él las ideas que no cabían en la libreta.
Desayunó con calma, saboreando cada bocado y disfrutando de su café endulzado con estevia y espolvoreado con un golpe de canela; apartó la bandeja a un lado y dio a su mañana de domingo el toque de belleza y encanto que le faltaba, sólo uno, loff.it. Colocó el portátil sobre la bandeja de base acolchada y se dispuso a pasearse por el mundo de lo bello y lo útil, lo hizo sonriendo, disfrutando cada imagen y cada letra, consciente de que el lujo no era en realidad aquel barco tan sorprendente tampoco aquella vivienda millonaria, no era el diamante más caro del mundo, ni el último concept de cuatro ruedas; no era un hotel de cinco estrellas, ni tan siquiera de siete, ni un menú de ostras y caviar, no era una joya cualquiera ni un producto de diseño, tampoco era un reloj suizo… aunque se acercaba porque el lujo era el tiempo.
Tiempo para regalarlo al placer y al cuidado personal, tiempo para sí misma e incluso tiempo para perderlo, no eran vacaciones, ni aventuras sorprendentes, era levantarse sin prisa, desayunar a placer, era leer y soñar, era escribir por gusto, era mirar el cielo encapotado por la ventana, era una sonrisa o un beso, un mimo, un sueño… Era sonreír porque sí un sumar a cualquier cosa un ¿por qué no? era la consciencia de estar vivo y de querer sentirse antes de que el tsunami de la vida la lanzara de nuevo a una vorágine de cosas por hacer que en ocasiones le hacía perder la calma y los cuatro puntos cardinales.
El lujo no es caro -escribió en su libreta- el lujo es vivir, sentir, amar, crear, soñar… el lujo es querer más allá de todo poder.