Siempre nos quedará el aguamarina.

Hay colores que esconden en su versatilidad la magia de sus matices, como el aguamarina o el turquesa, que no son verde ni azul...

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El turquesa y el aguamarina son, con el baile de azules a verdes y verdes a azules, los colores del verano, de todos los veranos y eso por más que el rojo y el naranja quieran reinar en los atardeceres más ardientes, en las noches más cálidas o en los estampados más sugerentes…

Y a ella le encantaba aquel baile que era a veces natural y casi transparente y otras profundo y cálido a rabiar porque era ella muy de la indefinición más pura y de la naturalidad más absoluta, por eso se entendía con los claroscuros y con los verdes matizados en azul y a la inversa.

Cabe que también fuera por eso que la inmensidad del mar azul aplacaba sobremanera sus emociones, la devolvía a una paz que creía perdida para siempre y le permitía recomponerse rehaciéndose en si misma para lanzarse al ruedo de la vida nuevamente.

Y es que el mar escuchaba como nadie y se hacía eco de todo aquello que le confesaba devolviéndole a veces un murmullo relajante que la arropaba por la noche o un rugido fuerte y fiero cuando su opinión era contraria a lo que oía… cuando algo en su interior la delataba y dejaba al descubierto sus miedos más íntimos.

Así era el mar, su mar, un testigo involuntario de sus batallas más personales, de sus sueños secretos… y era azul, era verde…

Era, en realidad, el rey de los colores, en él verdes y azules se entendían y se perdían el uno en el otro llegando desaparecer del todo la frontera entre ambos tonos y convirtiéndolos en uno, en un aguamarina envolvente y refrescante durante el día y cálido y ardiente al llegar la noche.

Aquella mezcla, aquel ser uno sin dejar de ser dos, aquellos matices, aquellos tonos… resultaba así el aguamarina el color evocador por excelencia, el que le traía de nuevo la calidez y los aromas de otros lugares, de otro tiempo… un tiempo que quizá volviera algún día o tal vez nunca  pero, en todo caso, siempre le quedaría el aguamarina…

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La versión más personal de todos nosotros, los que hacemos Loff.it. Hallazgos que nos gustan, nos inquietan, nos llenan, nos tocan y que queremos comentar contigo. Te los contamos de una forma distinta, próxima, como si estuviéramos sentados a una mesa tomando un café contigo.

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