Niños que no salpican.

A los padres les encanta llevar a sus hijos al spa. A los niños los chorros les vienen de maravilla: se pegan una paliza importante y luego duermen como angelitos. Pero a los demás usuarios del spa nos les hace ninguna gracia la presenica de pequeños chillones que salpican, chapotean y gritan sin parar. Lo que estaba destinaddo a ser una estancia placentera se convierte en otra muy estresante.

Algunos spa optan por incluir en su horario una franja en le que se autoriza el acceso a los críos. Otros como el Yhi Spa de La Quinta (Marbella) han optado por instalar una guardería fuera: los padres entran al spa, los niños esperan jugando en el Kid’s Club, por supuesto, vigilados. Harán talleres de cocina, de pintura o de maquillajes; actividades acuáticas o fiestas de disfraces.

El Yhi dispone de un circuito termal, piscina de hidroterapia, sauna mediterránea, baño aromático, hamman, duchas de sensaciones, laguna refrescante, ducha de cascada… Todo decorado al estilo andalusí. En los últimos 10 años se han inaugurado en España unos 700 spas y, según la asociación española de balnearios urbanos y spas, el 65% de los usuarios son mujeres.