Vanguardismo en una centenaria masía.
Can Cuch, un hotel miembro de Rusticae que va más allá del encanto y la exclusividad.
El lujo de resort se lleva, pero menos. El nuevo lujo está en conocer el último rincón de la tierra que despierte en ti sentimientos que creías olvidados. De eso se trata Can Cuch, un hotel miembro de Rusticae que va más allá del encanto y la exclusividad. Se encuentra en un lugar privilegiado del Parque Natural del Montseny (Barcelona) y lo rodean interminables encinares y zonas boscosas. El edificio es una masía anterior al siglo X, y eso se nota. Se nota en su rehabilitación, respetando las líneas románticas y elementos arquitectónicos más señeros. Y se nota en la piedra y la madera, que son protagonistas indiscutibles desde la entrada a las habitaciones.
Precisamente la decoración interior es la que invita a imaginar hoy cómo sería la vida de esta masía centenaria. Donde ahora vemos diseño vanguardista y moderno se vislumbran las vigas y maderas talladas del pasado vivo del edificio. El fin último de todo ello es siempre el mismo: el descanso. Espacios abiertos y despejados en los que las estancias se fusionan de forma natural. Nos encanta la habitación “Les Palomeres” con su jardín-terraza privado, o la chimenea de “La Calma”, y sobre todo, el jacuzzi bajo las estrellas de “Les Golfes”.
En un lugar tan coqueto como éste no podía faltar una propuesta gastronómica a la altura. El restaurante de Can Cuch tiene vistas panorámicas al Montseny y paladar exquisito con los productos de la tierra como mejor abanderado. Combinando los sabores de la tradición catalana con las últimas tendencias culinarias, elaboran un menú delicado y exquisito. El otro secreto del buen comer está en su bodega ubicada en el interior de una cava de roca natural donde conservan en las mejores condiciones su colección de caldos. Un templo para el Bon Vivant.