El palacio-hotel que se convirtió en puzzle.
El turismo con encanto con una historia singular a sus espaldas y vistas al campo de golf.
El turismo con encanto y concretamente los establecimientos adheridos a clubes de calidad como Rusticae, presumen de tener una historia singular a sus espaldas. De todas ellas, posiblemente la de Palacio Urgoiti se lleve la palma. Más allá de su diseño clásico se esconde una vida de trasiego y tenacidad. El palacio original fue levantado en Galdakao en el siglo XVII, sin embargo, con la construcción de la autopista Bilbao-Behovia corrió el riesgo de ser derribado por una expropiación.
El dueño del edificio, Don José María Solano decidió entonces desmontar piedra a piedra el palacio, numerándolas una por una. Las incidencias no terminaron aquí sino que en 1983 las inundaciones azotaron el lugar donde se almacenaban las piedras borrando parcialmente la numeración y los planos del despiece. A través de técnicas de catalogación arqueológica finalmente se consiguió reconstruir el palacio con el estilo original en su ubicación original entre Bilbao y Mungía.
Sabedores de lo que lleva a sus espaldas, alojarse en Palacio Urgoiti es ya de por sí una experiencia. Todas sus habitaciones tienen vistas al campo de golf y combinan la decoración clásica y el diseño con comodidades como el Wi Fi gratuito o la TV de pantalla plana. Algunas de ellas incluso esconden los restos del antiguo palacio, como la Junior Suite y parte de la antigua capilla. Una opción excelente para los amantes de la gastronomía, para practicantes del golf (el campo de 9 hoyos rodea todo el hotel) o visitantes de Bilbao y el Guggenheim que busquen alojamiento singular.
En rusticae.es