El secreto está en el agua.

El FontSanta Hotel Thermal Spa no es un hotel spa convencional, sus aguas son las únicas termales de origen subterráneo en toda Mallorca.

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Un vistazo al FontSanta Hotel Thermal Spa puede inducir a error, porque no estamos ante un hotel spa convencional. Sus aguas son distintas a las del resto de la isla, y es que son las únicas termales de origen subterráneo en toda Mallorca, de hecho, se declararon de utilidad pública en 1869. Las corrientes emergen del subsuelo a 38ºC y en su camino a la superficie se cargan de elementos minerales que les otorgan sus propiedades diferenciales. Cloro, sodio, magnesio, calcio, flúor o potasio se conjugan para provocar efectos positivos en la piel, sistema linfático, circulación sanguínea,…

Se dice que el manantial de Font Santa y sus propiedades ya eran conocidos por los romanos y figuras célebres históricas como el archiduque Luis Salvador. Según cuenta la leyenda, su descubrimiento fue fruto de la casualidad. Al parecer una epidemia estaba azotando a los ejemplares porcinos de Mallorca excepto aquellos que mantenían contacto con el agua de la zona. En el siglo XVI se comenzaron a explotar las aguas para acoger a los peregrinos del oratorio de Sant Joan de la Font Santa. Más tarde, en el siglo XIX comentaron a estudiarse las propiedades terapéuticas de las aguas y se construyó el edificio del balneario.

Ahora las instalaciones abren sus puertas de nuevo en forma de hotel con el carácter tradicional mallorquín y la exclusividad como señas de identidad. En total son 25 habitaciones con vistas al área protegida y Parque Natural de Es Trenc-Salobrar de Campos. El complemento ideal a los tratamientos diarios es su restaurante, con ingredientes naturales y productos frescos.

Además de los atractivos del hotel, FontSanta tiene otra baza importante fuera de sus instalaciones: la playa de Es Trenc. Se trata de una de las más famosas de toda la isla y se encuentra a escasos tres kilómetros del hotel. Con una extensión de 4.000 metros de arena fina y aguas cristalinas, está catalogada como un espacio natural protegido enmarcado por una zona de bosque y pinares. En realidad, es un cuadro de azul y verde que viste por última vez cuando dibujabas playas en tu infancia. Como curiosidades, también cuenta con una zona dedicada al nudismo e incluso restos de varios búnkeres de la posguerra.

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