Sara Ramo: linda, loca, vieja, bruja.
Sara Ramo crea para el Programa Fisuras del Museo Reina Sofía lindalocaviejabruja, un proyecto en el que aborda la dificultad de ser mujer.
La artista hispano-brasileña, Sara Ramo, presenta lindalocaviejabruja, un proyecto producido específicamente para el Programa Fisuras del Museo Reina Sofía.
El título de la exposición proviene de un cúmulo de palabras y atributos asociados tradicionalmente con lo femenino. Aunque se refieren a cualidades distintas, “linda”, “loca”, “vieja”, “bruja” se complementan. Ser mujer da lugar a una condición fragmentaria por la imposibilidad de conocer su totalidad, no por ser incompleta. En lugar de recurrir a los elementos arquitectónicos o hacer referencia a ellos, la artista se apoya en los rasgos escenográficos -permitiéndoles y atribuyéndoles cualidades narrativas- y concede gran relevancia a la idea de que las cosas inanimadas pueblan activamente nuestras vidas.
lindalocaviejabruja ocupa dos espacios del Edificio Sabatini: el Espacio 1 y la Sala de Protocolo. Ramo vincula ambos con las implicaciones y dificultades que, desde su perspectiva, entraña ser mujer. Mediante intervenciones, instalaciones y la proyección de un vídeo, la artista alude a los ámbitos doméstico, cotidiano, autobiográfico y del teatro popular.
El Espacio 1 acoge en la primera sala una instalación. En la segunda se proyecta el video una y otra vez (2019), que presenta un evento teatral donde la cortina a medio levantar permite ver sólo lo que sucede de mitad para abajo. La imprevisibilidad de la acción sobre el escenario devuelve la fantasía. La cortina está compuesta por piezas de telas viejas, manchadas y usadas, un mosaico de ropa destartalada, ajena al aura de los terciopelos rojos de los teatros.
Los armarios y muebles de la sala de Protocolo han sido intervenidos por la artista con objetos (dulces y golosinas, lápices labiales, ropa apilada…) que apuntan a la incomodidad y a la inadecuación de los lugares en los que se sitúan. De esta forma, convierte la idea de caos en una metáfora del miedo, la propaganda en una amenaza. Reconocer el desorden como una condición creativa aparece como una forma de colaborar para cambiar el estado de las cosas.
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