William Kentridge, el último inquilino del Reina Sofía.
El Museo Reina Sofía plantea el trabajo escénico de William Kentridge como una manifestación más de su esencia artística.
Basta y sobra es la primera exposición organizada para explorar la producción plástica de William Kentridge a partir de sus proyectos en teatro, ópera y performance. Siete piezas de teatro y ópera “orquestadas” por el sudafricano sirven al Reina Sofía para armar el entramado de una trayectoria artística multidisciplinar indivisible.
Kentridge nació en Johannesburgo, en 1955. El último galardonado con el Premio Princesa de Asturias de las Artes era un joven estudiante de ciencias políticas cuando se iniciaba como actor, director y escenógrafo en Junction Avenue. Fue en esa misma compañía universitaria de teatro —abiertamente política y crítica con el Apartheid— donde experimenta también las primeras contradicciones con respecto a su futuro artístico.
Estaba en una etapa de mi vida donde no sabía si continuar estudiando arte en una escuela como Slade School o Central School of Art en Londres; estudiar cine, en la Nueva York Film School; o seguir con el teatro, en una escuela que se interesase por la improvisación, explica el artista. Con esa intención marchó a París e ingresó en Escuela Internacional de Teatro de Jacques Lecoq, la enseñanza más productiva que jamás haya recibido.
Su obra sólo se entiende tomada en conjunto, como un río de narrativas al que afluyen dibujo, collage, grabado, escultura, cine, teatro, ópera y videoarte de manera natural, sin estridencias ni encajes forzados. Al contrario, es el cruce de géneros —como el de razas— lo que genera belleza.
Basta y sobra reúne en la tercera planta del museo una amplia selección de materiales y medios que dan cuenta de estas sinergias entre la obra plástica y escénica del artista, así como de los distintos enfoques y formalizaciones que plantea para cada proyecto. En ella se encuentran los diferentes materiales surgidos en el proceso de creación y los finalmente empleados en las escenografías (dibujos, maquetas de escenas, pósteres, marionetas o vestuario) y se exhiben junto con las grabaciones de sus óperas, obras de teatro, y algunas de las películas que las vertebran.
Tres obras de teatro (Woyzeck on the Highveld, Faustus in Africa! y Ubu and the Truth Commission) y cuatro óperas (Il ritorno d’Ulisse, The Nose, Lulu y Wozzeck) permiten ahondar en el proceso de creativo de Kentridge, además escarbar en los elementos que salpican el conjunto de sus trabajos: el paisaje distópico de Johannesburgo, las lacras sociales, la violencia, el colonialismo, la esclavitud o el apartheid.
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William Kentridge. Basta y sobra. Del 1 de noviembre de 2017 al 19 de marzo de 2018. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. C/ Santa Isabel, 52. Madrid.
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