Una preciosa oración soul en la voz de Obongjayar. Vídeo, letra e información.
Sus raíces africanas retuercen el camino del nuevo British Soul.
Posiblemente el soul, especialmente el que se esté haciendo actualmente en el Reino Unido, sea el estilo musical que más está se está moviendo para evolucionar y encontrar nuevas fórmulas, nuevos caminos. Músicos procedentes de otras culturas se han acercado a él para imprimirles su sello y la marca distintiva de sus raíces. Ese es el caso, por ejemplo, de Obongjayar.
Nacido en Nigeria pero residente en Londres desde hace bastante tiempo, este cantante ofrece una visión personal, honesta y diferente. Para empezar Obongjayar es un poeta que escribe poesía. A partir de ahí, utiliza la música como una herramienta para hacer llegar a más personas su mensaje. De ahí que su propuesta sea una vuelta de tuerca más al soul que actualmente se escucha en UK.
Su voz rasgada y profunda, con tonos ancestrales y una gran carga espiritual, entona cantos que son más bien salmos u oraciones cuyos orígenes se encuentran en el principio de los siglos. Todo esto ya estaba presente en su primer single, “Creeping”, y en su reciente EP con cinco cortes, “Home”. Ahí afloraban sus raíces africanas hasta teñir cada nota de la canción de aquellos mantras tribales que se la tradición oral pasaba de padres a hijos. Viejos ritos repetidos cientos, miles de veces a través de los tiempos. Obongjayar es tan sólo un transmisor de esa cultura, de esos sonidos.
Soul, reggae, espiritualidad, sonidos africanos, esotéricas percusiones, letras poéticas, ambientes y ritmos flotantes, arreglos minimalistas… Todo suena conocido, sí, pero también es verdad que todo suena distinto tras pasar por su filtro. El de la voz y la personalidad de Obongjayar.
El video que acompaña a esta pieza “Endless” lo ha dirigido Matilda Finn, una directora que tiene en su haber realizado estupendos trabajos para Danny Brown (espléndido su clip para “Lost”), A2, Patten o Bipoloar Sunshine. Aquí nos presenta un clip muy atmosférico y errático, en el que se juega constantemente con la luz, escasa y diversa y con la filmación, realizada con una steadicam que gira buscando enfoques distintos e imposibles. Cada escena está grabada de una sola toma, retorciendo el objetivo para ofrecer tomas que agitan tanto la mente como la experiencia mística del espectador. Dos escenarios son los verdaderos protagonistas, un club nocturno en el que han introducido un ataúd, todo un submundo esotérico y transgresor, y otro en el que la tierra no tiene fijación, arriba o abajo, dentro o fuera. Un mundo impredecible, como la misma vida.
Como dice el cantante en la letra de esta pieza, “Si mi luz debe marchar, alimenta mi fuego, no quemes mis huesos”.
If my light ever should go
Feed my fire don´t burn my bones
If my light ever should go
Feed my fire don´t burn my bones
Don´t burn my bones
Don´t burn my bones
If my light ever should go
Feed my fire don´t burn my bones
If my light ever should go
Feed my fire don´t burn my bones
Don´t burn my bones
Don´t cry for me
Sing like trees
And dance like falling water
When they curse my nave
Will you fight my corner
Endless
Endless
Endless
Endless.