De lo que dice el color.
Se puede ver la vida de color de rosa... o en blanco y negro...
Adoraba los álbumes ya antiguos que su madre conservaba en el salón, aquellos que encerraban imágenes pasadas de gentes a las que ella ni tan siquiera había llegado a conocer y ver como, al paso de las hojas, comenzaban a aparecer rasgos más cercanos y sonrisas conocidas hasta llegar a verse a sí misma primero de niña, luego más grande…
Cabe que fuera aquel gusto por los viejos álbumes el que la incitaba a imprimir las fotos, sólo algunas, las escogidas… tocarlas, colocarlas en un álbum para luego mirarlo y volver a verlo reviviendo la historia que encerraba cada imagen era para ella una terapia, un refugio… una tarde feliz.
Revisando las imágenes que había seleccionado de los últimos meses descubrió que, una vez más, se le había ido la mano al blanco y negro… y no es que no le gustase el color, lo adoraba, era la pátina especial que tenían los rostros en el blanco y negro, era el romanticismo que emanaban y la profundidad de su historia que, en blanco y negro, parecía un mundo sin fin.
Su cabeza desordenada y loca comenzó a divagar por su cuenta y riesgo mientras ella, tijera en mano, iba recortando cada imagen en su papel de fotografía recién impreso; se le ocurrió pensar en aquello de ver el mundo de color de rosa… ¿por qué rosa? no le gustaba el rosa, era un color soso y aburrido sin fondo ni sentido, si el blanco y negro le iba tan bien a las fotos ¿por qué no a la vida? ¿por qué ver la vida bella no podía ser verla en blanco y negro? podía, claro que podía…
Bastaba pasearse las revistas de estilo para descubrir que así era; Adolfo Domínguez lo tenía claro y también los de Molot, que habían hecho su moto en esos dos colores; David Yurman tampoco lo dudaba ni mucho menos Chanel, Ixion incluso volaba ambos colores en pareja; a Fred Perry le encantaba, como a Gerard Darel, y la bicicleta del futuro lucía iluminada en blanco y negro, los mismos colores a los que se rendía el piano. También a los que saben del tiempo y del sonido les gustaba el mundo en blanco y negro…
¿Cómo negar la belleza de la vida en blanco y negro? el encanto emanaba de esa visión y en ella se difuminaba todo lo feo, se perdía tras el negro hasta desaparecer del todo…
Colocó el álbum ya completo en la estantería sabiendo que quizá pasaran años antes de que lo cogiese de nuevo en sus manos pero sabiendo que estaba ahí, esperándola, con su vida contada en las imágenes que ella había querido ponerle…