Déjame que te cuente…

Porque todo cuenta y todos cuentan.

  • facebook
  • Tweet
  • pinit
  • WhatsApp

Déjame que te cuente‘, esa era, sin duda, una frase que había dado para mucho y daría si cabe para más, muy oída y muy usada, servía siempre como principio de una historia, de alguna aventura, o si acaso desventura, que, por el modo en que se contaba, quedaría para siempre grabada en el imaginario de quienes la escucharan.

Eso, al menos, pensaba de esa frase a la que ella misma había dado un uso desmedido a lo largo del tiempo¿y a santo de qué este recuerdo?- se preguntaba; estaba sola en casa, como solía ocurrir los domingos y, en realidad, no tenía nada que contar a nadie.

Y no es que se sintiese mal por ello, ni tan siquiera sola aun estándolo, en realidad amaba aquellos ratos íntimos en los que se acomodaba sola consigo porque era el receso que se concedía para recomponerse de los vaivenes de la vida. Era un momento de paz en el que nadie preguntaba ¿qué tal? y nadie se sentía obligado a soltar un bien como quien suelta un exabrupto porque la respuesta simple a tal pregunta no era nunca posible… claro que ella solía despacharse a veces con un ‘bien… ¿o quieres que te cuente?’

Y es que contar era un verbo mágico… porque al contar se cuentan los sueños y se cuenta la vida, se cuentan los días y cuentan contigo; se cuentan los cuentos y cuentan historias, cuentan los amigos, te cuentan… y cuentas. Y a veces salen las cuentas y a veces no porque cuentas a uno más o a uno menos porque, en la vida lo inesperado cuenta y a veces se cuenta en sorpresas gratas, otras en decepciones, de ahí que los ejercicios sumen o resten y el resultado de la cuenta soprenda.

Claro que ella sabía que lo único que merecía la pena contar eran sonrisas, abrazos, te quieros y besos, que los feísmos no cuentan y que hay cosas que no se cuentan ¿sabes contar hasta un millón, mamá? y hasta el infinito, mi vida, si es para contarte cuentos.

¡Cuéntame algo bonito! Déjame que te cuente…

Y ahora vas y lo cuentas, porque el caso, siempre, es contar, contar bien y para bien.

Se preparó otro café porque sabía que pasaría el resto del día contando en las doce acepciones que asignaba la RAE al verbo contar…

Oops

La versión más personal de todos nosotros, los que hacemos Loff.it. Hallazgos que nos gustan, nos inquietan, nos llenan, nos tocan y que queremos comentar contigo. Te los contamos de una forma distinta, próxima, como si estuviéramos sentados a una mesa tomando un café contigo.

Caín.+

Caín.

Esta es la historia de Caín, un tuerto que quería ser rey de los otros y que, mientras señalaba la oscuridad del mundo, caía en el abismo de la pereza. + ver

Un lujo.+

Un lujo.

Que no suene el despertador, que entre una brisa fresca por la ventana y mueva ligeramente la cortina, que el olor a café recién hecho inunde la casa, que suene la música, que brille el sol, amanecer... + ver

Esclavas.+

Esclavas.

Las mujeres, como seres de fantasía de la historia interminable, iban desapareciendo al paso de la nada, eran borradas del mapa y de la historia, era como si nunca hubiesen existido, estaban muertas... pero seguían en pie. Y eran esclavas. + ver

Newsletter

No te pierdas nada, que saber no ocupa lugar.