La botella de agua con 500 cristales de Swarovski de bkr.

Una botella de agua puede ser una joya si la diseña bkr y la remata con un tapón de oro con 500 cristales de Swarovski.

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Hay objetos funcionales por naturaleza y otros que son joyas por ese misma naturaleza, luego están los que funden su funcionalidad con el brillo de los metales preciosos y dan como resultado piezas funcionale que no lo son del todo y joyas que tampoco acaban de serlo, son una oda a la belleza más allá de su utilidad. Objetos como la colección 500, botellas de agua con cierres de platino, oro blanco y también amarillo además de cristales de Swarovski.

La utilidad es innegable, mira a tu alrededor ¿cuántas botellas de agua tienes a mano? en la oficina tendrás una en la mesa y cabe incluso que lleves una en tu bolso, al gimnasio no vas sin ella… y ya van tres. bkr da respuesta a esa necesidad nuestra de tener siempre una botella de agua a mano, sus colecciones de botellas, todas bellas y funcionales, se presentan en diversidad de tamaños y colores, de 250 ml las más pequeñas hasta la d1 litro, ideal para el gym.

Pero hoy no son las botellas más útiles las que llaman nuestra atención, sino las que ponen en cuestión esa utilidad por su ser de joya, es la colección 500 que nos llega en cuatro colores y cierres: nude, rosa, blanca y gris para su cuerpo y platino, oro amarillo y oro rosa para sus elegantes y enjoyados tapones.

Todos los tapones en metales preciosos tienen el mismo corazón, el que forman los 500 cristales de Swarovski por botella que hacen de cada una de ellas un objeto único, hacen de una funcional botella, una joya.

¿Necesitas una botella de agua que te permita echar al olvido la clásica  poco glamourosa botella de plástico? bkr tiene, sin duda, lo que buscas porque su diversidad de botellas es magnífica pero si, además de una botella, quieres una sea una joya, no lo dudes, la colección collection 500 es lo que estabas esperando. ¿El precio de este capricho? 185 dólares, unos 157 euros.

Vivir

Pequeños caprichos que ponen un toque de confort en nuestra rutina. Objetos de mesa o decoración que nos hacen sonreír de puro placer estético y sin los que ya no podríamos estar.

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