Un palacete modernista en La Cerdaña.

Descubrir La Cerdaña en otoño, es sin duda uno de los mejores planes que te podemos recomendar. Los colores de esta estación tiñen a este valle catalán conocido, entre otras cosas, por su fabulosa ruta románica que alberga hasta once itinerarios de iglesias, capillas y más de cincuenta ermitas.

Llegando a map, uno de estos rincones de la Cerdaña, se atisba la silueta de un palacete modernista del siglo XX que sin saberlo, se convirtió en hotel: La Torre del Remei.

La historia de este hotel está vinculada a la historia de la burguesía catalana del siglo pasado ya que fue un banquero, Agustí Manaut i Taberner, quien mandó construir la Torre del Remei para regalársela a su hija, Blanca Manaut i Uyà. Inaugurado en 1910, llama especialmente la atención que durante su primera etapa solamente vivían diez mujeres incluyendo el servicio.

Al estallar la guerra civil, sus ocupantes se trasladaron a Barcelona y el palacio fue confiscado por el gobierno republicano, que la destinó primero a ser  una escuela y más tarde, un hospital. Pese al conflicto bélico, la estructura se respetó y no sufrió remodelaciones ni saqueos. Finalizada la guerra, la finca volvió a manos de sus dueños pero ya nunca nada sería igual. La Torre del Remei solamente se abriría un par de veces, permaneciendo cerrada y olvidada en el tiempo.

Muchos años después el azar se cruza en la vida de este precioso edificio. Josep M. y Loles Boix eran invitados a una de las casas vecinas de la zona, desde la cual, podían atisbar la silueta de aquel palacete de remates puntiagudos. Se acercaron hasta él atravesando su finca y quedaron cautivados ante la hermosa visión. Así es como decidieron que aquel palacete de pocas habitaciones, se convertiría en un hotel de lujo.

En febrero de 1989 se formalizó la compra de la Torre del Remei y comenzó la reforma de la antigua casa señorial para convertirla en el hotel de gran lujo que se inauguraría en la primavera del año 1991 y que hoy, forma parte de la cadena Relais & Chateaux.

En cuanto a sus estancias, cabe destacar un hall de techo circular que da acceso al comedor, un espacio que se caracteriza por altos ventanales y bonitas vistas. También el acogedor salón de lectura y la gran escalera que conduce a los pisos superiores. El hotel tiene once habitaciones distribuidas en tres niveles. Todas son amplias, con antesala, bañera de hidromasaje, sábanas bordadas en hilo, televisores Bang & Olufsen, DVD, calefacción por suelo e iluminación nocturna para poder orientarse en la oscuridad. Cada habitación tiene un nombre propio, y éste tiene que ver con el paisaje que se admira desde los balcones o ventanas de cada de una de ellas: Tossa d’Alp, Pla de la Boira, Prat d’Aransó, Riu dels Estanys, Coma de Das, Puig de Saneja, Puig de Coma Dolça, Prats de Moixeró, Pas dels Gasolans, Pla dels Pastors y Roc d’en Vert.

En el apartado gastronómico, hay que hacer una mención especial a la gran labor y experiencia de Josep Maria Boix, quien cultiva su propio huerto con frutas y hortalizas de primera calidad.

Torre del Remei es hoy un referente a la hora de alojarse en esta parte de la geografía española. Los colores del otoño, los mejores sabores, arte y un palacete. Esto es lo que puedes encontrar aquí. No se nos ocurre un plan mejor.

torredelremei.com