Turquesa, azul turquesa.
Cuenta la leyenda que en las profundidades del océano Índico habitaba un monstruo marino que reclamaba el sacrificio de una mujer cada luna llena.
Cuenta la leyenda que en las profundidades del océano Índico habitaba un monstruo marino que reclamaba el sacrificio de una mujer cada luna llena. hasta que un hombre valiente de Marruecos, el Sr. Abdul Barakaath-Ul Barbary hizo frente a la criatura y le prohibió que siguiera en Las Maldivas.
Esta historia parece no haber intimidado a los turistas que cada año llegan a estas islas desde 1972. Los primeros en descubrir el atractivo turístico de ellas fueron los italianos que a día de hoy ocupan la primera posición en número de visitantes.
Situadas al sudoeste de Sri Lanka y la India, Las Maldivas son un conjunto de 2000 islas de las cuales 203 están habitadas y 99 de ellas, son islas resort. Malé es la capital, el budismo su religión y el Maldivo su lengua oficial, aunque el inglés lo habla prácticamente todo el mundo.
Y es aquí, en el atolón Ari Sur de Maldivas, donde se encuentra el Constance Moofushi Resort. Ese resort de ensuelño, ideal para pasar la luna de miel o ir de vacaciones. Presume de ser uno de los mejores lugares del mundo donde disfrutar de las maravillas del mundo submarino. Sus 110 villas -24 Beach villas, 56 Water villas, 30 Senior Water villas-, combinan el lujo y la elegancia con una decoración rústica, de techos altos, lencería de cama blanca, terraza y, en algunas, acceso al mar a tan solo tres pasos.
La playa es privada, de arena blanca y palmeras, el agua es azul cristalina y los arrecifes turquesas. Para disfrutar de una experiencia todavía más íntima, el Constance Moofushi dispone de una isla propia. Ofrece tratamiento de spa tanto individual como en pareja, con piedras calientes, aceites y aromas propios del lugar y sesiones de yoga centradas en la respiración y meditación.
Pasea descalzo, sumérgete en sus aguas, déjate envolver por los rayos de sol y pescar por el único anzuelo que aquí te espera: el mar.