The Beekman, un nuevo icono cinco estrellas se levanta en Manhattan.
Abrió sus puertas este año y ya se ha convertido en uno de los hoteles más reservados de la Ciudad de los Rascacielos. Sin duda, una estrella del Lower Manhattan que brilla con luz propia.
Tras la presentación de la primera colección de Maison Martin Margiela para H&M en octubre de 2012, y el desfile de Proenza Schouler un año después, el edificio del número 123 de la calle Nassau, en el origen histórico de Nueva York (Nueva Ámsterdam), se cerró para que se llevara a cabo una gran transformación que vio sus frutos a principios de este año, con la apertura del colosal The Beekman, el nuevo icono cinco estrellas de Manhattan.
Perteneciente a la cadena Thompson Hotels, en uno de los rincones más importantes a nivel histórico de la ciudad y en un edificio que ha mantenido su arquitectura decimonónica, con un gran atrio interior de nueve plantas de alto y una forma piramidal que lo mantiene como icono del Lower Manhattan, estamos ante uno de los hoteles más demandados por los turistas de la ciudad.
Está a un paso del puente de Brooklyn, del World Trade Center o del Ayuntamiento, lo que hace de este hotel todo un centro de operaciones. Pero también por lo que ofrece por sí mismo. Con 287 habitaciones, que incluyen diferentes combinaciones, estudios y suites, destacan especialmente dos: la Thompson Suite y el ático Turret, las joyas de la casa.
La primera de ellas, de 102 metros cuadrados, cuenta con altos techos, artesonado de madera, muebles antiguos, comedor para seis personas, amenities de la firma D. S. & Durga, mini-bar gourmet personalizado, lo último en tecnología y multimedia y una gigantesca cama de roble donde dormir es lujo de dioses. El ático, por su parte, llega a los 120 metros cuadrados y una terraza independiente de 50 metros cuadrados le da el toque más exclusivo del hotel. Es un dúplex y cuenta con varios saloncitos, comedor, dormitorios…
En The Beekman tienen el honor de contar con el chef Tom Colicchio como responsable de los fogones. Su menú está lleno de platos clásicos neoyorquinos, pero realizados con el mimo de la cocina francesa y el amor por la calidad del producto de origen de Italia. Además, el catering del hotel también está firmado por Colicchio. Tanto The Bar Room como el restaurante Fowler & Wells están abiertos para desayunos y cenas (almuerzos aun no). Hay un tercer restaurante, el Augustine, abierto el pasado día 1 de noviembre, que es la brasserie de Keith McNally, con especialidades francesas.
Situado en el mejor lugar para descubrir el auténtico Nueva York, alejado de zonas más turísticas como Times Square, el alojarse en The Beekman es todo un regalo. Desde 350 €/noche.
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