Relax en una masía centenaria de Peñagolosa.

Hay momentos en los que necesitamos salir del bullicio de la ciudad, dejar atrás la rutina y marcharnos a donde el silencio y la tranquilidad sea la tónica dominante. Un buen destino para estos casos es el interior de la provincia de Castellón, una zona con poco turismo, pero de calidad y con mucho encanto.

Es ahí donde encontramos una masía muy particular: Mar de la Carrasca. Con más de cien años de vida, esta masía tradicional, a la que se llega tras una pista forestal de tierra, se encuentra en la divisoria entre Aragón y la Comunidad Valenciana, a un paso del pueblo de Villahermosa del Río, en pleno Parque Natural de Peñagolosa. Considerada uno de los alojamientos más románticos en plena naturaleza de España, tiene capacidad para seis personas y es posible reservarla al completo o por habitaciones.

Mar de la Carrasca cuenta con cuatro espacios diferenciados, cada uno un dormitorio con encanto y desde los que se domina toda la sierra. El valle es espectacular, y es de allí de donde proceden los materiales con los que los masoveros construyeron la masía, que además tiene una estética rural en su interiorismo, con un gran uso de la madera y la piedra para crear rincones con mucha belleza.

Claro que el favorito es El Barco, una suite-casa para dos personas junto a la masía principal que es el colmo de la intimidad. Es un loft con bañera construida en piedra con las mejores vistas y paredes acristaladas para no perderse nada de lo que ocurre, metros más abajo, en el bosque.

Aquí la desconexión es total. No hay wifi ni televisión, solo calma y silencio. Y si hace frío, toca disfrutar del calor auténtico de unas estufas de leña que no pueden ser más románticas. Además, es un espacio ecosostenible, con placas solares para obtener energía y agua de un manantial cercano; así como la leña de las chimeneas procede de la limpieza de los bosques de la zona.

También es perfecto para una desintoxicación de mente y cuerpo. Por ejemplo, a través de la gastronomía que ofrece a los huéspedes, siempre con productos saludables y recetas que cuidan de nuestro cuerpo. Pero también gracias a clases de yoga en espacios creados precisamente para este tipo de ejercicios.

Toda una oportunidad de escapismo a partir de 540 € (dos noches, masía completa), 150 € (con media pensión por habitación doble con baño) o 110 € (en el caso de El Barco).