El lujo de dormir en una antigua fábrica de gas en Hamburgo.

El hotel Gastwerk de Hamburgo no es uno más en la ciudad del norte de Alemania. Su estructura, impresionante y muy amplia, levantada en ladrillo rojo, no fue creada para albergar suites, habitaciones, servicios de lavandería o un desayuno buffet, sino más bien a cientos de obreros que fueran capaz de crear energía a raíz del gas en un país en plena Revolución Industrial del siglo XIX.

El proyecto de rehabilitación de este edificio protegido por su riqueza histórica es obra del hotelero Kai Hollmann. El resultado, un gran complejo que destaca por su luminosidad, especialmente en un lobby proyectado como un gran atrio que capitaliza la vida del hotel. Eso sí, se ha mantenido el toque industrial ‘vintage’ de lo que fue, ya que este es precisamente uno de los grandes atractivos. Así, una gigantesca máquina de la época de color verde preside el interior, así como una torre que mantiene la puerta principal y que es lo primero que ven los huéspedes cuando se acercan al establecimiento.

Del interiorismo de las habitaciones se han encargado las expertas Regine Schwethelm y Sybille von Heyden. Juntas han creado ambientes confortables en los que prima la sencillez, que nos lleva de la mano a la más absoluta comodidad. Y eso sin renunciar a materiales de lujo como maderas exóticas traídas de Asia o piedras talladas. Sus 141 habitaciones, lofts y suites tienen superficies de entre 25 y 90 m².

El restaurante principal del hotel se llama Mangold y ofrece cocina creativa con alimentos frescos de todas las partes del planeta, de ahí que no se pueda adscribir a un único tipo de menú.

El spa, por su parte, sí que tiene una clara influencia: la marroquí. Además de la decoración árabe, cuenta con una sauna, baño de vapor, sala para yoga y pilates, así como cabinas para recibir tratamientos cosméticos. En su decoración destacan grandes sillones en los que descansar. La situación del hotel es perfecta para los que no quieren estar en pleno centro. Se encuentra en el distrito de Altona, a apenas 10 minutos del puerto y un cuarto de hora del centro histórico. Además, los dos estadios principales están a 5 minutos, lo que le convierte en la mejor elección si se va a Hamburgo solo a disfrutar de un gran partido de fútbol. Desde 125 €/noche.