Hotel en París Daniel, lujo parisino con nombre propio.

No todo el mundo puede presumir de encontrarse a un paso de los Campos Elíseos y de la no menos famosa calle Faubourg Saint Honoré de París. Pero esa es precisamente la localización privilegiada del Hôtel Daniel, uno de los emblemas del lujo en la capital francesa desde su apertura hace ya siete años. Desde entonces, ha marcado la pauta de la elegancia y el estilo gracias a detalles que lo hacen único: una cocina excepcional y una decoración en la que es imposible no destacar sus paredes con papel francés del siglo XVIII, de estilo chinesco y pintados a mano por encargo.

Pero no es este el único detalles de interiorismo que hace furor. A sus paredes con todo tipo de estampados animales y geométricos, hay que añadir muebles de maderas preciosas, sofás mullidos, tapicerías y cortinas de sedas traídas del Lejano Oriente, suaves satenes…

Una elegancia barroca y neoclásica con mucho influjo asiático pero que, al mismo tiempo, resulta en cierto modo acogedora. Sí llega a ser un poco demasiada, sobredimensionada incluso para aquellos que prefieran el minimalismo más aséptico, pero basta cambiar un segundo la mente y verse envuelto en una aventura de lujo, en la que el hotel es un escenario privilegiado.

Con 26 habitaciones, siete de ellas, suites, ocupa un edificio de siete plantas de estilo Haussmann, con sus propios balcones clásicos 100% parisinos. Por fuera, hay más elementos Art Decó que el estilo de tradición chinesca que domina el interior, con muchas esquinas decoradas al modo en el que se estilaba por la alta sociedad francesa del XVIII, fascinada por la ruta de la Seda y sus aventuras.

El catálogo de estampados cuenta con nombres excepcionales del mundo de la decoración. Todos bautizaron sus papeles de pared con nombres relacionados precisamente con Asia y esta ruta. ‘Voyage en Chine and Bahia’ de Pierre Frey; ‘Célimène Roccoco’ de Llorca; ‘Kipling and Toile Orientale’ de Nobilis; ‘La Foire du Caire’ de Lee Joffa; ‘Siam’ de Manuel Canovas; ‘Toile Orientale’ de Turnell & Gigon o ‘Troïka Paisley’ de Mulberry son algunos ejemplos.

Como buen Relais & Châteux, la cocina es fundamental. De ella se encarga el chef Jérôme Bonnet, de 38 años y nacido en el Languedoc Roussillon, con formación también en Dinamarca, además de en Francia. Su cocina destaca por la selección de los proveedores, que él mismo elige entre los mejores granjeros y agricultores del país, sobre todo aquellos que trabajan bajo la etiqueta ‘orgánica’. Entre sus platos estrella, la langosta asada con salsa de whisky ahumada.

Un hotel para disfrutar con los cinco sentidos que se puede experimentar desde 350 €/noche.