Constance Lémuria, el jardín tropical de Seychelles.
Frente a las azules aguas del Índico, este resort de gran lujo es un refugio para los amantes de la buena vida. Tratamientos de spa y cocina gourmet se alternan con playas cristalinas y golf en uno de los paisajes más inspiradores del planeta.
Praslin es la segunda de las islas de Seychelles en tamaño. Con 38 kilómetros cuadrados, se encuentra al norte de Mahé, la principal, y se llega o bien en avión desde Victoria o en un interesante y bonito recorrido en ferry cruzando el Índico de menos de una hora. Allí nos espera un paisaje más tropical y de postal que en la isla principal, que es más boscosa, y, sobre todo, unas playas de ensueño.
Si no queremos continuar viaje y seguir a las pequeñas La Digue, Curieuse o Cousin, islitas con encanto donde perderse, no estamos cometiendo ninguna locura, ya que Praslin tiene bastante que ofrecer por sí misma. Por ejemplo, una interesante reserva de tortugas gigantes que el turista puede alimentar, con la supervisión de un cuidador; o, mucho mejor, uno de los templos del hedonismo planetario. Hablamos del resort de cinco estrellas Gran Lujo Constance Lémuria, un complejo que tildarlo de paradisíaco es quedarse corto.
Situado frente al océano, se trata del hogar mismo del hedonismo. Compuesto por 88 Junior Suite, ocho Senior Suites, ocho Villas y la exclusivisima Villa Presidencial, es uno de los destinos más exclusivos del mundo. Rodeado de un extenso jardín tropical de exuberante vegetación, esta solo se corta por la creación de unos pocos recorridos de golf, lo que permite alternar playa con ‘green’ (es el único campo de 18 hoyos de todo el archipiélago de Seychelles).
Las suites se han decorado con mimo y gusto, pero siempre dejando patente que estamos en el epicentro del lujo. Así, no faltan muebles decadentes de épocas clásicas, columnas grandes de estilo africano, realizadas en las mejores maderas, salones abiertos para disfrutar de las vistas, con suelos de mármol, luces escénicas y tejados de paja a dos aguas. Es pisar por primera vez el complejo y ya sabes que no te quieres marchar.
El resort se encuentra en la esquina occidental de la isla, al final de una de las pocas carreteras que tiene Praslin, a un paso del aeropuerto y de la playa de Grand Anse. Uno de sus puntos fuertes es la gastronomía. El chef Alexis Voisin se encarga de que nos chupemos los dedos con una sabia fusión de ingredientes locales y recetas de marcado estilo francés, con especies y aromas únicos de Seychelles.
Una indulgencia gastronómica que se complementa con la sensorial que ofrece su U Spa, un balneario en miniatura de retiro y descanso junto a la playa, con tiendas pequeñas en las que recibir un masaje sobre una camilla en la arena, por ejemplo. Pero también con un edificio que habilita micro suites con su jacuzzi privado y baños de vapor, así como un gimnasio completo. Los tratamientos se ofrecen con cosméticos de la firma suiza Valmont.
Hacer realidad esta experiencia es posible desde 525 €/noche (desayuno incluido). Si queremos media pensión, el precio de partida es de 765 €/noche (con oferta especial y regalos si se trata de una Luna de Miel). Los precios son por suite y no por persona.
Imposible decir que no a una estancia en este rincón único. Si Seychelles siempre es un acierto, mucho más si lo hacemos en este tipo de destinos únicos, pensados solo para el disfrute.
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