Blanco y salado.

El salar de Uyuni es el mayor desierto de sal del mundo, con una superficie de 10 582 km². Situado a alrededor de 3.650 metros sobre le nivel del mar, en el suroeste de Bolivia, es un mar blanco que ofrece un paisaje único y sorprendente.

Pero no es su manto de sal lo único que llama la atención del viajero. Aquí se encuentra el primer hotel construido íntegramente con bloques de sal del mundo. El Palacio de Sal se ha levantado utilizando este material en suelos, paredes, techos e incluso parte del mobiliario. Las habitaciones, con forma de iglú y camas también de sal en su estructura, permiten pasar una noche en este confín del planeta.

No busque lujos asiáticos, pero sí comodidad y buen gusto, gracias a una decoración detallista en la que destaca el uso de colores fluorados que marcan la nota discordante sobre un interiorismo muy neutro en cuanto a tonalidades. Además, cuenta con un restaurante en el que disfrutar de platos típicos y exóticos como la carne de llama, el pollo a la sal o el asado de cordero.

Con 16 habitaciones y acceso a Internet sin cables en todo el complejo, es posible reservar noche aquí a partir de 120 €.