Atardecer en Tanzania.

Hablar de Zanzíbar es hacerlo del lujo más exclusivo. Esta región de Tanzania, también conocida como archipiélago de las Especias, se compone de dos grandes islas, aunque es la principal, llamada también Zanzíbar o Unguja la que suele acaparar todas las miradas. Unos pocos kilómetros al norte de ésta se encuentra un destino menos conocido pero igual de interesante: la isla de Pemba, rica en vegetación y donde cualquier tramo de su costa forma una playa paradisíaca, en la mayoría de los casos, completamente vírgenes.

Hoy nos trasladamos a este rincón del Índico para conocer uno de esos resorts donde sería imperdonable acudir sin cámara de fotos: el Fundu Lagoon. Estamos ante un lodge que se caracteriza por una amplia pasarela de más de 100 metros que culmina, tras un largo camino de madera, en una pequeña cabaña en la que cada atardecer se celebran cenas privadas con los comensales rodeados de océano.

Pero no hace falta caminarla para tocar el cielo. Se puede hacer tan sólo tumbándonos en la arena de su playa privada, una de las más blancas que seguro jamás habrá visto. Aguas tranquilas y completamente transparentes le permitirán una experiencia de baño sin igual. Y si toca descansar, nada como hacerlo en las cabañas de las que se compone el complejo, todas decoradas con mimo para garantizar el máximo confort. En ellas no faltan pequeños detalles de arte africano.

A partir de 575 €/noche, es posible practicar un sinfín de actividades acuáticas, así como degustar ricos platos basados en la pesca local. Con buen tiempo asegurado prácticamente todo el año, ¿quién no se apuntaría a un viaje al Fundu Lagoon?