5 casonas de lujo para una escapada veraniega por Cantabria.

Relajarse a las faldas de la Cordillera Cantábrica y con el mar a pocos kilómetros es solo una de las exquisiteces que se puede lograr en este póquer de casonas con encanto a un paso de Santander.

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Una escapada al norte siempre es un acierto, máxime si tenemos la oportunidad de hacerlo a Cantabria, bien a su interior rural, con encanto pasiego, o a su costa, llena de paseos coquetos, pueblos con encanto y el mejor sabor marinero. Para quienes prefieran los hoteles pequeños llenos de encanto, traemos cinco sugerencias que resumen, a su vez, lo mejor de la tierra, un combinado de montaña y mar que, como la propia gastronomía de la región, no deja indiferente, sobre todo cuando se trata de establecimientos en los que la elegancia del diseño es una máxima. Será difícil elegir solo uno…

  • Casona del Nansa
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    Casona del Nansa

    En pleno campo, a un paso del río Nansa y del pueblo de San Vicente de la Barquera, Casona del Nansa es un hotel boutique que se levanta en lo que es una casona rural del siglo XIX, y en el que destaca muchísimo una cuidada y elegante decoración. Cuenta con 21 habitaciones, todas ellas decoradas de forma individual, suelos de madera y una terraza que preside un gran jardín. No falta un pequeño restaurante y la habitación estrella es la suite (hay dos), que cuenta, además, con jacuzzi y bañera dentro de la propia suite (30 metros cuadrados de habitación).

  • Casa del Marqués
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    Casa del Marqués

    En el corazón de Santillana del Mar encontramos una mansión que originalmente fue levantada en el siglo XV pero que ha sido restaurada para convertirse en todo un hotel boutique de impresión. La que fuera residencia del primer Marqués de Santillana, Don Iñigo López de Mendoza, ahora es un elegante y sofisticado hotel de apenas 13 habitaciones, por lo que el ambiente es relajado y tranquilo. Hay que añadir una suite, en la que las maderas nobles, la piedra y el ladrillo visto, como en el resto del inmueble, destacan, junto a una decoración abigarrada. Llaman la atención sus alfombras, las vigas de madera a la vista y los mil detalles de cada estancia.

  • Tinas de Pechón
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    Tinas de Pechón

    A las afueras de la localidad de Pechón encontramos este hotel boutique de diseño contemporáneo compuesto por 16 habitaciones y seis suites (estás últimas, de entre 30 y 35 metros cuadrados, con bañera de hidromasaje en algunos casos y cocina americana). Está a un paso del mar y, de hecho, playas como las de El Sable o Amio están bastante cerca. En la decoración predomina el minimalismo, con toques funcionales, y el uso de colores crema y blancos en prácticamente cada rincón. En Tinas de Pechón huyen de barroquismos y, también, de tabiques, pues muchas estancias son prácticamente lofts.

  • Palacio de Trasvilla
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    Palacio de Trasvilla

    Una gran casona tradicional cántabra del siglo XVIII de toques palaciegos es la que alberga este hotel de lujo en pleno valle del Pas, pero a apenas 20 minutos en coche del centro de Santander. Decorado con piezas y muebles de más de tres siglos, pero también otros más modernos, une lo mejor de la tradición y del mundo actual para lograr experiencias de descanso en plena naturaleza. Entre sus paquetes de alojamiento destaca el que permite cenar en El Regajal de la Cruz, un restaurante a 10 minutos del hotel que presume de ser de los más exclusivos de la zona. Tanto como sus seis estancias o suites de las que se compone el palacio (desde 168 €/noche).

  • La Casona Azul de Corvera
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    La Casona Azul de Corvera

    Bienvenidos a un palacio indiano del siglo XVIII situado en el corazón de la región, en medio del Pas y a tan solo 3 kilómetros del balneario de Puente Viesgo. Un inmenso jardín circunda lo que es el hotel, de apenas 9 habitaciones, todas ellas con una decoración que continúa el gusto indiano original. En total son 5.000 metros cuadrados de jardín, con una palmera centenaria; y dentro del inmueble, una magnífica chimenea preside el salón común, junto a la biblioteca. En los desayunos de La Casona Azul no faltan los bizcochos ni los sobaos caseros. Solo se sirven a clientes, así que otra razón para reservar allí.

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