10 razones para enamorarnos de Buenos Aires.

La capital argentina vibra con gusto ante el viajero, que se enamora sin remedio de sus calles y sus gentes.

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La capital argentina se reivindica a sí misma el volver a ser la ciudad de vanguardia y dinamismo que fue hace unas décadas. Con más de 12 millones de habitantes en su área de influencia, sigue siendo uno de los núcleos imprescindibles para comprender el derivar cultural e intelectual de Sudamérica, y en sus calles se sigue vibrando con el tango, el sentimiento y la pasión que los argentinos saben poner en todo aquellos que les toca el corazón.

Pasear por sus calles es hacerlo por un mundo de contrastes en los que el turista puede observar cómo no tienen nada que ver barrios como Palermo y Boca, o que es posible que convivan centros de lujo internacional como el Hotel Alvear con mercadillos coloristas y puestos callejeros en los que disfrutar de una rica empanada o el omnipresente dulce de leche. Nunca falta el tiempo para un asado, para coger un microbús y lanzarse a la aventura y, si es época, para disfrutar de vibrantes partidos de polo en las canchas más emblemáticas.

No faltan excusas para querer acercarse a Buenos Aires, pero sin duda hay diez que nos hacen la boca agua. Pongamos rumbo a Argentina.

  • La Boca.
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    La Boca.

    Imposible no acercarse a La Boca y pasear por Caminito, quizás su calle más emblemática. Un antiguo barrio pobre que ha sabido plantarle una sonrisa desafiante al derivar del tiempo, haciendo del amor por la vida un lema. Fútbol y música se dan aquí la mano.

  • Plaza de Mayo.
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    Plaza de Mayo.

    Aquí se fundó la ciudad y aquí se decide el futuro de los argentinos, como hogar de la Casa Rosada. Ocho palmeras, escolares, trabajadores, funcionarios… la vida de la plaza es un trajín de gente que va y viene, como siempre desde que hay memoria…

  • Teatro Colón.
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    Teatro Colón.

    Uno de los teatros de ópera más importantes del mundo por su tamaño y su especial acústica. Tras una remodelación importante que modernizó las instalaciones, volvió a abrir sus puertas en mayo de 2010 como parte de los festejos del Bicentenario de la independencia de Argentina.

  • Obelisco.
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    Obelisco.

    Construido en 1936 con motivo del cuarto centenario de la fundación de la ciudad, preside la Plaza de la República, en la intersección de las avenidas Corrientes y 9 de Julio. Marca la vida moderna capitalina, con sus muchos carriles de circulación a cada lado.

  • Parque Lezama.
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    Parque Lezama.

    En el barrio de San Telmo, es uno de los pulmones verdes de la ciudad y son muchos los porteños que aquí acuden cada fin de semana para, aunque sea por unas horas, sentirse en plena naturaleza.

  • Hotel Alvear.
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    Hotel Alvear.

    Situado en la avenida del mismo nombre, es uno de los cinco estrellas más lujosos y emblemáticos del mundo. No es de extrañar que los reyes de todo el planeta se hayan hospedad alguna vez en sus suites. No falta en su edificio histórico ni una piscina cubierta ni todo aquello que el huésped imagine.

  • Palacio Barolo.
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    Palacio Barolo.

    El Palacio Barolo es un edificio de oficinas en la Avenida de Mayo que cuando fue construido pasó a ser el edificio más alto de Sudamérica. Tiene un hermano gemelo en Montevideo, el Palacio Salvo, y su fachada es de las más fotografiadas por los turistas de Buenos Aires.

  • Café Tortoni.
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    Café Tortoni.

    Inaugurado en 1858, es uno de los lugares míticos de la cultura porteña, ya que fue aquí donde se desarrollaron las más importantes tertulias literarias de la ciudad. Se encuentra en el 825 de la Avenida de Mayo.

  • Puerto Madero.
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    Puerto Madero.

    El distrito que llevó a Buenos Aires, de un salto, al siglo XXI, con edificios de arquitectura contemporánea creados por diseñadores estrella y que cuenta con una de las marinas más lujosas de Sudamérica. Aquí nadie se extraña viendo atracar un súperyate mientras tomamos un cóctel imposible.

  • Palermo.
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    Palermo.

    El barrio del mismo nombre cuenta con la cancha de polo más famosa del mundo. Los partidos aquí tienen una pasión especial y diferente, y sobre su césped se enfrentan los polistas más importantes. Sus trofeos les convierten en las estrellas del deporte más elitista.

Más información Turismo de Buenos Aires

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