Harvest Moon, el estilo de vida italiano contado por Tod’s.

Él llegó a Capri huyendo, casi sin saberlo, de un futuro que atenazaba sus sueños; en una suerte de engaño íntimo y personal, había decidido irse unos días a Capri para descansar y vivir antes de entregar su vida a ese futuro de apariencia perfecta según los cánones establecidos y según a él, en algún momento de su vida, así se lo había parecido.

Ella vivía en el paraíso, en uno de los rincones más bellos del mundo por su naturaleza y sus gentes, por su clima y por su estilo, el estilo de vida italiano. Vivía en la Torre, una casa bella con un jardín de flores, plantas aromáticas y vida, mucha vida.

A Tod’s le bastan 15 minutos para recrear un romance de película: el chico, un tipo inglés, trabaja en la destilería de su padre porque eso es lo que se espera de él, eso y que se case con su novia de toda la vida; pero él tiene alma de artista -de fotógrafo en este caso- y decide irse, acompañado por su cámara, a un lugar del mundo en el que las imágenes son de tal belleza que el tiempo se le hará corto inmortalizando escenas y paisajes. Era sólo un paréntesis, sólo una pequeña aventura personal, sólo Capri, sólo unas fotos… Y en Inglaterra esperan su regreso para organizar una boda, la suya, y tal vez una jubilación, la de su padre.

Lo que él no sabía era que el estilo de vida italiano que ya había conquistado sus bolsas y zapatos haría lo propio con su alma a través de una italiana que hablaba perfecto inglés y vivía en la Torre. Ella rendía a Tod’s sus bolsos, zapatos y complementos y se disponía a rendir su corazón a un extranjero como hiciera su madre con su padre.

Se encontraron primero porque ella casi lo atropella a él y después porque él la atropelló a ella sin saber que en aquel encuentro accidental su futuro podía saltar por los aires… o no.

Título: Harvest Moon
Lugar: Carpri
Protagonistas: Valeria Bilello y Gwilym Lee
Producción: Cecile Leroy
Director de Fotografía: Barry Markowitz