Prepapá y Cuatro Tuercas: buenas ideas.
Dos empresas diferentes en manos de dos solapados profesionales del mundo del diseño y la creatividad.
Prepapá y Cuatro Tuercas son dos empresas diferentes en manos de dos solapados profesionales del mundo del diseño y la creatividad, Belén Sánchez y Pablo Macías. Llevan muchos años imaginando, cruzando el camino entre lo pensado y lo palpable, dando así cuerpo a productos divertidos y prácticos pertenecientes a ese universo que tanto nos gusta: “lo nunca visto”
Al nacer su primera hija, Violeta, de cara a reivindicar que los hombres también existen y e implican en esos nueve meses de embarazo, aunaron vivencias, ideas y horas de trabajo y así llegó Prepapá, hace ya cuatro años. “Yo también me quedé embarazado en ese momento, también iba a ser padre. Y en cierto modo también comencé a gestar a nuestra hija. Lo sorprendente es que no existiese nada dirigido a los prepapás. Porque puedo asegurar que yo me sentí prepapá desde que la prueba del embarazo dio positivo. Podría decir que nuestra marca Prepapá nació de una necesidad vital.”
La historia de su otro gran proyecto tampoco se queda atrás. Ellos se definen como “ferreteros de ideas”, de ahí el nombre de su “ferretería” particular: Cuatro Tuercas, un estudio de publicidad y estrategias de comunicación creativa que rompe moldes en cada momento.
Encuentran la inspiración en cualquier rincón, todo puede ser base y vigas de un gran concepto a desarrollar, y por eso caminan siempre con los “canales receptivos” abiertos, como ellos mismos les llaman.
Dedican su tiempo también a causas por «el bien común», concepto muy mencionado en estos días, apoyando, en la medida que pueden, con su tiempo y su dedicación e ingenio, tantas iniciativas como llegan a sus oídos. Utilizan para ello el arma que mejor manejan: el diseño. Logotipan, dan color e imagen, subiéndose a barcos que luchan por causas como la verdadera conciliación familiar, la crianza saludable o la igualdad de géneros… Siempre comprendiendo la familia con eje fructífero, plural y saludable de la sociedad.
‘Lo más bonito de nuestra profesión es crear donde antes no había nada. Es partir de cero para construir algo nuevo. Creamos conceptos, les damos forma, les ponemos cara y los convertimos en realidad.‘
Fueron un niño reflexivo y prudente y una niña tímida y con un espeso mundo interior, la horma y el zapato, la mano y el guante, mitad y mitad de esa naranja de la que todos hablamos y algunos ansían completar.
Nos quedamos con las taladradoras palabras, ya que la cosa va de ferreterías, de Belén: ‘Mi pasión es mi trabajo. Poder dedicarme exactamente a lo que quiero y de la forma que quiero, es el motor de mi vida. Mi trabajo me permite ser dueña de mi tiempo, dar rienda suelta a mi creatividad y conciliar mi vida familiar. ¡Cómo no va a ser mi pasión!‘
Ella viene de largos años en una gran agencia de publicidad y marketing que acabó por aburrirle. Él, del mundo de la gráfica y la imagen. Es decir, que saben lo que se hacen. Combinan trabajos por encargo, que dan de comer a su preciosa familia, y otros más personales y audaces como Prepapá o Lo que diga mi madre, que como nos cuentan, les mantienen bien alimentado el espíritu.
Con un presente iluminado de grandes clientes e ideas, se sienten afortunados y contentos. Preparan para el año que viene una hermosa campaña de comunicación interna para una grandísima empresa que quiere concienciar a sus empleados masculinos sobre la corresponsabilidad en el hogar.
Rescatan como sistema de colaboración y dinamización el inmortal trueque: imagen corporativa a cambio de conservas ecológicas, jabones naturales por talleres y cursos. Siendo los que son los tiempos que corren, cualquier atisbo de productividad y apaño, luce mucho. Hoy por hoy, manda la cooperación frente a la competitividad y la gente con talento e ilusión por sus ideas. Igual no pensábamos que lo diríamos, pero este nuevo mundo, nos gusta.
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