Nuria Sardá.

Adora el encaje, pero también el campo y los animales, y diseña prendas que sacan lo mejor de cualquier mujer.

  • facebook
  • Tweet
  • pinit
  • WhatsApp

Camina con paso firme entre encajes y trajes de baño, porque desde el año 2008 está al frente de la Dirección Creativa de una de las empresas de moda más sólidas de nuestro país: Andrés Sardá. Empresa a la que su padre le dio el nombre y también las alas necesarias para despegar en 1962. Desde entonces han visto la luz muchas colecciones y sus prendas han conquistado las pasarelas y a millones de mujeres, pero a día de hoy continúa siendo todo un referente, ¿cómo lo han logrado?

Nuria Sardá, por supuesto, conoce el secreto del éxito: “se trata del espíritu de superación y de perfección y de querer hacer las cosas bien profesional y humanamente. Es decir, que tu equipo y tus clientes estén contentos”. Es una mujer cosmopolita, trabajadora y madre de dos hijos, Carlos y Jacobo, y sabe muy bien lo que es llevar una vida sin un minuto de descanso, aunque siempre lo hace con una sonrisa que le ilumina el rostro. Acaba de presentar su nueva colección Fall Winter 2015-16, Tic Tac, en la última edición de Mercedes Benz Fashion Week, todo un homenaje a la mujer que quiere hacerlo todo sin necesidad de renunciar a nada: vida familiar, laboral, deporte, etc.

Cuando era pequeña nunca soñó con entrar en la empresa familiar ni tampoco imaginó que terminaría dedicándose a la moda. Se ríe cuando echa la vista atrás y recuerda “yo quería ser veterinaria y vivir en el campo. De hecho, me siguen encantando los animales y, aunque no era lo que había imaginado, me gusta mucho mi trabajo”. Poco a poco, el sector de la moda ha conseguido conquistarla y asegura que “lo que me fascina de esta profesión es el reto de superarte en cada colección, la creatividad de la gente con la que trabajas, el que cada día pueda ser diferente; nunca sabes qué puede pasar o quién te puede proponer una colaboración. Hay mucha parte rutinaria de hacer números y presupuestos, pero después hay una parte creativa y de sorpresa que para mí es esencial para lograr desempeñar durante años un mismo trabajo.

Su trayectoria profesional se vinculó a la empresa familiar a finales de la década de los 80, y la evolución fue gradual y tranquila, primero como responsable del departamento de exportación y posteriormente, en 1996, incorporándose al departamento de diseño. Mi padre ha sido siempre, más que de consejos, de ejemplos. Él siempre ha pensado que hay que ser perfeccionista, que no hay que dar nada por sentado y que hay que intentar superarse aportando cada vez algo nuevo”, una filosofía que Nuria ha visto desde pequeña en casa y que traslada cada colección a las pasarelas. Porque Andrés Sardá es una firma sin límites creativos que siempre logra sorprendernos.

A Nuria Sardá le hubiera gustado vestir a infinidad de mujeres, pero en concreto a Katharine Hepburn, cuya fuerte personalidad siempre le ha encantado. Y cuando hablamos de aquello que debe de tener una prenda de ropa interior para que sea perfecta, ella es clara y concisa “nosotros buscamos la perfección a todos los niveles, tanto el patrón como la calidad, el diseño y la imagen; es decir, que lleves esa prenda y no la notes, que te haga mejor cuerpo y te sientas mucho más guapa con ella”. Y no duda al afirmar que cualquier mujer debería de tener un conjunto de encaje negro, “el encaje es una obra de arte, un oficio que tiene siglos y que sobre la piel es como un tatuaje”.

Ya han pasado la barrera de los 50 años y todavía quedan muchas cosas por celebrar, entre otras el estreno este año de su propia tienda online y su nueva boutique en Barcelona. Por eso, Nuria no deja de mirar hacia el horizonte “siempre hay algo que hacer. Debes de tener ganas de que el próximo desfile sea diferente, porque sino es que te has estancado”.

Society

El mundo está lleno de gente interesante, de gente que aporta, que crea, que sabe… la gente que construye en sociedad, la gente que admiramos, en la que creemos, es ésta.

Newsletter

No te pierdas nada, que saber no ocupa lugar.