José Luis Peinó, fundador de la Spain Business School.

José Luis Peinó no es un emprendedor al uso. Hace casi dos años, en febrero de 2014, fundó junto con otras tres personas la Spain Business School, una escuela de negocios diferente que ofrece formación ‘online’ y desde la que ayuda a que otras personas emprendan. Y todo ello lo hace desde la experiencia que le otorgan los años que ha pasado como director de e-Commerce en el diario El Mundo, director de e-Business en El País y director de desarrollo de negocio en Prisacom.

Siempre ha estado vinculado al mundo digital, es una de sus pasiones. Pero en loff.it hemos querido indagar un poco más y saber qué cosas le apasionaban antes de convertirse en un empresario de éxito. «Cuando era un niño siempre disfruté de la pandilla, de lo bueno y de lo malo, de la gente cercana y de los que fui encontrándome por el camino. Recuerdo especialmente los domingos en el Bernabéu con mi padre, una época en la que a veces los niños podían colarse si iban acompañados de un socio», señala.

José Luis nos habla de la imagen fresca que tiene de su infancia, «que era la de jugar en la calle, en el barrio, siempre poco rato, antes de comer y volver al colegio». Y se refiere con cariño a la época en la que entró en la adolescencia. De entonces recuerda «los fines de semana en la sierra de Madrid, la bicicleta, la moto para ir a entrenar al campo de futbol. Y cómo no, las primeras chicas…» y ahí lo deja.

En todos estos años dice haber sido capaz de mantener la ilusión por conocer gente nueva. «Salvo la gente que resta, que uno ya la detecta casi con anticipación, creo que las personas siempre suman. Los amigos le hacen a uno ser una persona completa». Y por encima de todo defiende la familia, «la razón de todo lo que uno hace, del esfuerzo diario».

«Me apetecía trabajar en algo propio, aunque fuera pequeño, y convertirlo en algo grande»

Ese estar en contacto continuo con la gente le ha llevado a convencerse «de que hay que aprender de los demás y por supuesto trasladar conocimiento». De esta filosofía nace Spain Business School; escuela de negocios especializada en formación digital, transformación de las organizaciones y emprendimiento. El motivo, según reconoce Peinó, es que «me apetecía salir del sector de los medios de comunicación, trabajar en algo propio, pequeño al principio, rodearme de buenos profesionales y amigos (de nuevo) y convertirlo en algo grande». «Y en esas estamos, poniendo ya muchos granos de arena en la sociedad, educando, formando, ayudando. No hay mayor satisfacción por el momento que la de un ‘gracias’ sincero de un alumno que ha puesto en marcha su propio proyecto o la de una nueva llamada telefónica de una compañía para que les ayudes a cambiar las cosas para los duros tiempos que estamos viviendo», indica.

Sacar adelante su propio negocio le lleva mucho tiempo, pero José Luis Peinó procura sacar ratos para descansar: «Intento por todos los medios viajar de vez en cuando, descubrir sitios nuevos. Y escuchar música siempre que puedo en la buhardilla, mi lugar favorito de la casa». Su cabeza, según dice, está dividida entre el ámbito profesional, pensando en cómo mejorar día a día el proyecto que tiene entre manos. Y en el plano personal, intentando hacer vida de pareja y «educando a mis hijos tan bien al menos como mis padres me educaron a mí».

«Para mí la belleza es la sonrisa de tu hijo, una puesta de sol o un recuerdo emotivo»

Peinó no ha encontrado todavía su lugar ideal en el mundo, pero si tiene que elegir uno asegura que «no está nada mal tomarse un café (o dos) a media tarde en buena compañía en el lago Como (en Italia)». Así que como no se moja del todo, le pedimos que nos desvele cuáles son sus cinco objetos imprescindibles y qué los hace tan especiales. Ante este segundo envite, no duda ni por un instante: «En primer lugar, un libro de cocina que me regaló mi abuelo, con una dedicatoria fantástica. Después, una piedra con forma y color de corazón que encontré con quien ahora es mi mujer, en la playa de La Azohia. Una pulsera que me regalaron mis hijos y que ellos también llevan. En cuarto lugar, una rana de la suerte verde y pequeña, que alguien me regaló para conseguir tal fin y que parece que hasta el momento surte efecto. Y por último, un vehículo de fabricación sueca con muchos kilómetros que tras 13 años de convivencia, va mejor que el primer día».

Como decíamos al comienzo, José Luis no es un empresario al uso. Tiene una sensibilidad poco común. Quizás por eso nos habla con naturalidad de los aromas que le despiertan sensaciones. Los primeros que le vienen a la mente son todos y cada uno de los que salieron de los pucheros de la cocina de su abuela. Pero también los de la colonia Cacharel y especialmente los de sus hijos en sus primeros años de vida, recién bañados.

Como reza nuestro magazine, le preguntamos por lo bello, lo útil. Conceptos que entendemos muy personales y a los que les damos un sentido muy amplio. «Para mí la belleza es la sonrisa de tu hijo, una puesta de sol a 2 millas de la costa, llegar al aeropuerto para iniciar un viaje, es un momento de tranquilidad, un recuerdo emotivo (especialmente de los que ya no están), una pequeña recompensa tras el esfuerzo de un día duro o la mano tendida de un amigo cuando uno lo necesita».

Sacar cada día adelante la SBS le ofrece a Peinó poco tiempo de ocio

Para concluir la entrevista le pedimos que nos hable de su libro, su canción y su película favoritas. Con la canción y el libro responde sin titubeos: «Sultans of swing, de Dire Straits. El libro, ‘La catedral del mar‘, el libro que mejor ha hecho que acudiese a ese lugar en ese tiempo cada vez que lo tomaba en mis manos». Y en cuanto a la película: «todas y cada una de las que año a año nos ponen al llegar semana santa, fantásticas».

En contra de lo que pueda parecer, no es fácil ser José Luis Peinó y sacar cada día adelante una escuela de negocios diferente como la Spain Business School. Pero si lo consigue estamos convencidos de que es porque como él apunta sobre loff.it: «Hay un gran equipo detrás, sin el que sería imposible que lo que hay delante fuera tan increíble».