El Museo Cristóbal Balenciaga celebra su quinto aniversario Igor Uria, director de colecciones del Museo Balenciaga.

El Museo Balenciaga inaugura la exposición "Balenciaga a través del encaje" el próximo 19 de marzo.

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«La belleza es un concepto tan subjetivo, condicionado por múltiples factores, como la época o el lugar… Intangible y difícil de describir. Para mí, la belleza es un vestido saco de Balenciaga, las mangas y sisas de un abrigo, el anudado de un pañuelo, la silueta ‘laxa’ de una señora, en los años 50… un retrato de María Ozcariz, jefa de sombrerería en EISA». Igor Uria tiene su propia definición de belleza, en la que se mezclan arte y moda. Es director de colecciones del Museo Balenciaga, que el 19 de marzo inaugura «Balenciaga a través del encaje», una exposición en la que se abordará la maestría de Balenciaga en cuanto a la utilización de este tejido mostrando creaciones y siluetas de referencia en la trayectoria del modisto.

Igor Uria es licenciado en Bellas Artes, y su formación inicial especializada en conservación y restauración textil le abrió la posibilidad de llegar al Museo Cristóbal Balenciaga hace 12 años. En el día a día, la investigación, estudio y registro de la documentación histórica y de la indumentaria se lleva una parte sustancial de su tiempo; aunque también coordina las exposiciones, con la consiguiente selección de piezas. Asegura que es una de las labores más complejas y gratificantes: «La presentación de los vestidos va asociada a un gran estudio de conservación, de la silueta histórica y la puesta en escena, con el objeto de que el visitante disfrute de una experiencia inolvidable, y pueda asimilar algunos de los conceptos imprescindibles en la obra de Balenciaga».

«La belleza es un vestido saco de Balenciaga»

Los estudios preliminares antes de acometer cualquier restauración le descubrieron un mundo, que le apasionaba desde su infancia, desde otro punto de vista, el de la arquitectura en la indumentaria y su efecto en el cuerpo femenino: «Mis estudios en Hampton Court y Kensington Palace, sobre la realización de maniquíes, me había mostrado de la importancia de este soporte para la conservación preventiva, sin embargo en Balenciaga uno debe añadir ciertos matices. Creo que para el público pueden resultar inapreciables en su mayoría, sin embargo la ausencia de ellos suele ser evidente». Desde su experiencia, Igor afirma que no deben perder ninguna oportunidad ante el visitante para que su lectura y comprensión de la obra de Cristóbal Balenciaga sea la que él mismo plasmó y le mantuvo en la cima de la Alta Costura: «Algo tan accesorio para una gran parte del público como es el maniquí, es de gran valor para nosotros, sirviendo para una lectura correcta de la prenda».

La colección, que actualmente cuenta con 2.100 piezas, se ha ido formado a lo largo de estos años gracias a las donaciones de particulares y a depósitos institucionales, por lo que la labor de los Patronos como Hubert de Givenchy y Sonsoles Díez de Rivera es imprescindible para que los fondos y colecciones se vayan incrementando año tras año. Igor explica que lo que genera la genera la confianza en las familias que poseen prendas del modisto de Getaria es que cualquiera de sus prendas al cruzar las puertas del museo se convierte en un objeto patrimonial con unos cuidados de conservación preventiva para que se mantenga en las mejores condiciones.

A lo largo de 2015, el eje temático ha sido «Las manos que cosen», dando voz a las personas que trabajaron en los cuatro talleres del maestro. Esto ha generado una gran cantidad de contenidos e información de gran valor, que se plasmará en breve: «Esta investigación sigue abierta, es un proyecto al que se van incorporando datos, testimonios… por lo que invito a todas las personas que han conocido, por vinculación familiar o de otra índole, a trabajadores en los diferentes talleres de Balenciaga, establezcan contacto con el museo. Todo ello para dar voz a esas mujeres, a las que Balenciaga consideraba su familia y que consiguieron que esa maestría y buen hacer alcanzara fama de exquisitez, elegancia y comodidad».

«El estilo consiste en trasladar las tendencias a las exigencias personales»

Este año el museo celebra el quinto aniversario desde su apertura, para lo que se han planteado exposiciones que plasmen todo el trabajo que se ha ido haciendo a lo largo de este tiempo. La programación girará en torno a un eje temático, «La innovación y la sostenibilidad», tanto en lo que se refiere a los materiales textiles como a los diferentes oficios de la moda y sus fuentes de creatividad. El próximo 8 de marzo se inaugura «Balenciaga a través del encaje», la primera de las dos exposiciones que el museo tiene preparadas para este 2016.

A pesar de que cada colección se diferencia de la anterior, en todas ellas se aprecia la esencia de Balenciaga: «Es cierto que las modas marcan ciertas tendencias y que temporada tras temporada los cambios se suceden. Sin embargo Balenciaga consideraba que él nunca presentaba cambios. El creía en la belleza y en la elegancia, basándose en cuatro principios, que la mayoría de sus creaciones cumplen. Saber qué es lo que a cada uno le favorece para trasladar las tendencias a las exigencias personales. En esto radica el estilo. En el caso de Cristóbal Balenciaga, un estilo atemporal».

Arte, diseño y moda

El Palacio Aldamar, situado en la colina que se alza sobre Getaria, fue la antigua residencia de los marqueses de Casa Torre, abuelos de la reina Fabiola de Bélgica y mentores de Balenciaga en sus primeros años de carrera.

Han pasado muchos años desde entonces y, actualmente, el palacio cuenta con un edificio nuevo que abrió sus puertas como el Museo Balenciaga, centro de referencia internacional para conocer la obra y vida del modisto de Getaria. Toda persona interesada en Arte, Diseño o Moda dispone de una extraordinaria oportunidad en la que comprender la obra del artista, sus conceptos estéticos y sus valores. «Considero que la visita al museo, fuera de los circuitos artísticos de una gran ciudad, permite al visitante empatizar con la visión del modisto, que siempre se mantuvo alejado de grandes eventos y fiestas, lugares habituales para muchos creadores de Alta costura», asegura Igor.

«Cristóbal Balenciaga se mantuvo alejado de los lugares habituales para muchos creadores de Alta costura»

Es cierto que las actividades programadas y organizadas por el museo atraen a un público amplio, desde grupos infantiles pasando por profesionales altamente cualificados hasta llegar a las personas mayores que vivieron este momento de auge de la Alta Costura. Pero, como cabe esperar, un gran porcentaje de público es femenino: «A pesar de que en las ultimas décadas el concepto de moda ha formado parte del vocabulario masculino, no hemos conseguido llegar a ellos, para que entiendan que en el museo se exponen prendas que por su construcción y por su concepción son consideradas obras de arte».

Eso sí, recibe cada año un público muy internacional. Igor asegura que muchos franceses reconocen la figura de Balenciaga como propia, y que el interés que genera el museo en este público es muy grande, llegando a ser casi el 20% del total de visitantes. También países asiáticos, como Japón o Corea, cuentan con un porcentaje de visitas considerable, ya que los préstamos a museos y las itinerancias de algunas exposiciones posibilitan ampliar el eco del museo, siendo esto generador de futuras visitas. La experiencia de la visita cuenta con exposiciones temporales que se van organizando y que refuerzan el discurso planteado en la exposición permanente: «La organización de las actividades didácticas para un público variado, permiten que la filosofía, los valores y la manera de trabajar en los diferentes talleres de Balenciaga se muestren y transmitan de forma adecuada».

Localización

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