François Thiébaud.

Le sobra experiencia en el sector relojero, lleva al frente de Tissot desde 1997 y con él la marca conquista cada vez más la confianza de sus clientes.

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François Thiébaud es un hombre agradable y muy cercano. Nuestra entrevista tiene lugar en el Café Vienés del Hotel Fuster de Barcelona durante su desayuno, pero el presidente de Tissot apenas toma un bocado. Se entrega por completo a la conversación.

En este privilegiado escenario que Woody Allen eligió para su película Vicky, Cristina, Barcelona y en el que el propio Allen ha tocado su clarinete y Yoshida Brothers, Eddy Davis, Conal Fowkes, Doc Scalon Trio y otros muchos artistas han deleitado al público con su arte, François Thiébaud habla sin parar de la firma que dirige desde 1997. No disponemos de mucho tiempo, por lo que no hay mucho tiempo que perder.

Hay dos palabras que se conjugan perfectamente en Tissot y estas son tradición e innovación. François Thiébaud nos explica que en Tissot todavía en la actualidad “los relojeros trabajan con sus propias manos” como lo hacían en el siglo XIX cuando la firma comenzó a dar sus primeros pasos –fue fundada en 1853-. “Los relojeros todavía utilizan la lupa, el destornillador, miran con atención cada detalle, cepillan y pulen las piezas del reloj”. Hay que ser respetuosos con la tradición porque es un pilar fundamental de la relojería suiza y, por supuesto en Tissot lo son. Pero la innovación forma parte también de la tradición de Tissot porque la firma ha sido siempre muy innovadora. “Si no innovas, mueres y dejas de tener interés”, explica el presidente de la centenaria firma relojera suiza. “¿Qué es nuevo? ¿Qué puedo hacer? ¿Qué puedo tratar de hacer en cuanto a diseño, materiales? ¿Cómo se puede combinar innovación y tradición y al mismo tiempo hacer algo creativo y atractivo? Eso es lo que Tissot trata de hacer”.  François Thiébaud incide en que Tissot creó el primer reloj antimagnético del mundo en 1930 y también el primer reloj de plástico en 1976  – 6 años antes que Swatch.

A la pregunta de qué hace a Tissot diferente de sus competidores, sobre la mente de Thiébaud no se vislumbra ninguna duda. “Tissot ha construido una identidad y esta identidad pertenece solo a Tissot. No puedes copiar ningún producto Tissot. Es como el Rioja. Tissot ha sido construida durante generaciones por personas antes que nosotros. Tissot es un nombre de familia. Tissot es una filosofía. Es como una religión”. Y es una religión que profesan millones de personas porque la firma vende cada año más de 4 millones de relojes en todo el mundo. “Cuando deseas un reloj Tissot para tu muñeca sabes que es un reloj  suizo de gran calidad y a un buen precio”.

Le obligamos a hacer un ejercicio de memoria cuando le preguntamos qué cambió en Tissot con su llegada hace ya 20 años. En aquellos momentos Tissot ya tenía buen nombre, la bandera suiza en su logo y los relojes eran de excelente calidad, pero François Thiébaud introdujo nuevos materiales, el cristal de zafiro fue desde su llegada el único utilizado e hizo una marca más competitiva y con mayor visibilidad. Construyó una sólida relación de la marca con el mundo deportivo porque incluso estando sentados en el sofá – nos explica el presidente de Tissot- “el deporte nos transmite muchos valores. Los deportes nos producen emoción, nos animan…”.

En sus más de 160 años de existencia, Tissot ha construido una sólida relación de confianza con sus clientes que ha obligado a la marca a incrementar de forma notable –multiplicando por 4- su producción. Confían en Tissot millones de personas y la organización de MOTOGP, que le confía el cronometraje de todos sus campeonatos; la FIBA BASKETBALL… muchas disciplinas deportivas que dependen de la fiabilidad  en el cronometraje. Y también destacados deportistas que no dudan en unir su nombre a la prestigiosa marca: los pilotos de motos Nicky Hayden, Bradley Smith y Tito Rabat –el último en incorporarse al universo Tissot-; Danika Patrick, piloto americana de automovilismo, y el jugador de baloncesto francés Tony Parker, entre otros.

François Thiébaud lleva al frente de Tissot desde 1997, pero llegó a la firma un año antes. Pero además de comenzar a dirigir Tissot, Thiébaud se hizo cargo también de las marcas Certina y Mido. Con su savoir-faire se ganó la confianza del Grupo Swatch  que le encomendó en el año 2000 coordinar sus 18 firmas en Suiza; desde 1999 a 2002 lideró en los países nórdicos el Grupo Swatch, en 2003 fue nombrado responsable del mercado brasileño y durante 2004 y 2005  fue el responsable del grupo en India.

Su curriculum es muy extenso, pero cabe subrayar que François Thiébaud es presidente del Committe of Swiss Exhibitors y miembro de Consulting Committe for Baselworld, la feria de relojería más importante del mundo. En 2007 recibió el título de Caballero de la Orden Nacional del Mérito de Francia, un premio que ostenta con orgullo.

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