Delia Rubio: artista de moda, estilo y tendencias.
Desde que Delia se licenciara en Bellas Artes en Barcelona nunca ha parado de crear. 'Yes I love you' es su próximo proyecto.
Se licenció en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona a finales de los años ochenta y lo compaginó con la Escuela de Artes y Técnicas de la Moda. Desde entonces no ha parado de crear. Porque Delia Rubio tiene un sexto sentido para conectar con las emociones de la gente y una inagotable capacidad de imaginación.
El amor y el color rosa son sus señas de identidad. Apuesta por composiciones atrevidas, que surgen de la fuerza creativa que emana de su corazón más que de sus instintos. Delia fusiona arte y moda con un estilo único y personal caracterizado por la utilización de fotografías pintadas digitalmente en rosa.
Después de haber ganado varios premios y tras haber realizado diversas exposiciones, actualmente trabaja en una serie que se llamará ‘Yes I love you’ y es el resultado de un trabajo de introspección sobre el amor y el corazón de Delia, un cuaderno íntimo escrito a mano, en el que el corazón vuelve a ser principal protagonista. En este proyecto Rubio se centra en sus deseos, carencias, fortalezas y miedos. “Hablo del corazón como un estado de ánimo”, explica.
Pero ¿cómo era Delia Rubio antes de convertirse en artista de moda, estilo y tendencias? “De pequeña me apasionaba pintar con mi padre los mismos paisajes ; yo sobre papel y él sobre madera , también me maravillaba ver a mi madre hacer vestidos de fiesta para sus clientas, el ruido de la tijera cuando cortaba las telas”, cuenta. Y añade que lo que ha hecho después “ha sido una mezcla de las pasiones de mis padres, dos personas únicas con un gran talento, también normales y muy cercanas”.
«Hablo del corazón como un estado de ánimo»
Y aunque han pasado los años y los juegos infantiles han quedado atrás, a día de hoy Delia todavía juega, pero de una forma diferente: “Plasmar ideas; ejecutarlas con las manos. Tocar y contar. Esa es mi pasión. Llegar a la gente con mi proyecto; que se emocione, que encuentre un respiro en él, que me pregunten, que me cuenten”. Y aunque no sabe con certeza si un momento concreto de su vida la trajo hasta donde está; tiene claro que “no perder la curiosidad, la ilusión, y el sentido del humor” son cosas que siempre la han salvado. Por eso le gusta toparse “con personas que imaginan, que construyen, contarles y que me cuenten es siempre placentero; hablar es bueno (eso cada día lo tengo más claro)”.
Al apostar por proyectos tan sinceros y honestos, esta artista parece tener una energía inagotable. Reconoce que nunca descansa. “Para descansar me canso, camino y camino, eso es lo que me estimula; caminando se ven las cosas a tu ritmo. Pienso mientras el paisaje va cambiando. A veces es un parque, otras un montón de escaparates o una marea de gente. Cualquier momento puede servir, eso nunca se sabe”.
Delia encuentra en la música una buena ayudante que le sirve para cargar las pilas, “especialmente si es bailable”. Y nos transmite que hace tiempo llegó a la conclusión de que “la energía para avanzar siempre he de sacarla de mí misma, ‘contra pereza diligencia’ me repito ; si la tristeza me hace una visita no le abro la puerta, estoy ocupada le digo”. Otro de sus recursos para no desfallecer es la escritura, “escribo mucho, siempre a mano, con un rotulador negro de gel, a veces sólo por el mero hecho de ver cómo se desliza sobre el papel”.
«Esa es mi pasión, llegar a las personas con mi proyecto; que se emocionen, que encuentren un respiro en él, que me pregunten, que me cuenten»
Y es que Delia, como buena artista, siempre tiene muchas cosas en la cabeza: “Pienso continuamente y a gran velocidad, tengo un montón de ideas en un millón de carpetas. Imagino rápido y emocionalmente, me dejo llevar; lo escribo, hago esquemas, es un caos”. Pero al final todo ese proceso termina ordenándose porque cuando decide pasar a la acción explica que es entonces cuando “mi cabeza se cuadricula y en cada casilla dispongo lo que hay que hacer primero, a continuación todo lo demás. El orden me da mucha calma”.
No solemos asociar la palabra calma a los artistas, pero el caso de Delia Rubio es especial porque ella es una persona sencilla y extraordinaria: “No creo que ningún lugar en el mundo dé la felicidad; son las personas que te acompañan las que hacen ese lugar diferente. Lo que compartes con ellas. En esa ciudad estaría trabajando, oliendo a café, comiendo un bocadillo de jamón al sol, que es de color amarillo. Y después ¡a caminar!”. Sin embargo, si tuviera que elegir una se queda con “Madrid para vivir y , en Navidad, a Logroño. Las demás… es decidir el viaje”.
Siguiendo esa misma idea de sencillez, Rubio define la belleza como algo simple: “Veo belleza en tantas cosas, muchas veces es un instante, una imagen, dos colores que nunca había visto juntos; la encuentro muy a menudo en la naturaleza, en los materiales naturales y también en la mezcla incoherente, en las combinaciones imprevistas; lo bello es para mí inesperado. La belleza debe ser también emocionante, un desmayo tipo el síndrome de Stendhal. Un ¡Ohhhhh! que no se acaba nunca”.
Cosas parecidas decía Steve Jobs, el fundador de Apple, obsesionado con crear objetos sencillos y elegantes, intuitivos. Y Delia comparte esa filosofía de vida, lo que hace que tenga muy claro que entre sus cinco objetos imprescindibles figuran en las primeras posiciones su MacBook y su iPhone, además de “unos auriculares; unas zapatillas Nike Air max 2015 negras y mi perfume: 2 de Comme des Garçons cuyo frasco espejo en forma de canto rodado es un objeto bello y muy diferente”.
«Veo belleza en tantas cosas, muchas veces es un instante, una imagen, dos colores que nunca había visto juntos»
Pero entre objetos y personas, Delia Rubio se queda con las personas: “Los momentos mágicos de mi vida se han producido gracias a personas mágicas que me han enseñado cosas, profesores, amigos o desconocidos que han tenido la generosidad de compartir conocimientos y experiencia conmigo”. Son tantos esos momentos, que no puede quedarse únicamente con uno. Entre ellos guarda en la memoria el día en que su padre le enseñó a hacer una pajarita de papel, o aquél momento en que su madre le habló de un desfile en Biarritz, o aquella ocasión en la que un profesor le enseñó a escribir con un plumín y tinta china… “Ahora que la moda me la creo menos, porque se ha vuelto un poco loca; sigo encontrando personas mágicas de las que aprendo cosas y eso es estimulante y muy de agradecer”, señala.
Al igual que reconoce que no existe un único lugar en el mundo; Delia tampoco tiene una canción, un libro o una película favoritas. Es de la opinión de que la vida cambia y los gustos que pudiera tener hace unos años no le sirven a día de hoy. Así que teniendo en cuenta el momento actual contesta: “Mi película sería ‘La piscina’ de Jacques Deray (1969) , bailaría una sesión de John Digweed que escucharía desde ‘Mixcloud’; y el libro podría ser ‘La historia del amor’, de Nicole Krauss (es el que más he subrayado en mi vida)”.
Delia Rubio reconoce que es una persona loff.it y que en este momento sus secciones favoritas son ‘Vivir’ y ‘Conectar’, “que mira tú por donde es un lema de vida que me encanta”. Y a nosotros nos encanta haber conectado con ella. Una artista a la que conviene seguir de cerca y no perder de vista.
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