Ropa de abrigo de lujo Claudio Marenzi, CEO de Herno.

Cuando Claudio Marenzi decidió tomar las riendas de Herno, la empresa familiar no atravesaba su mejor momento. Pero él estaba convencido de que podía cambiar el rumbo de los acontecimientos, así que compró las participaciones de sus hermanos y se puso al frente de la compañía.

Durante los años 80 y 90 Herno vivió una época muy dulce, elaborando ropa de abrigo para grandes marcas como Armani, Prada, Gucci o Dior. Pero a finales de los noventa y principios del nuevo siglo estas marcas de lujo empezaron a cuestionarse los costes de elaboración; Herno empezó a perder clientela y comenzó el declive de los Marenzi.

Es en este momento cuando Claudio, el benjamín de la familia, decide tomar el mando y cambiar la estrategia. «Me centré completamente en el producto», dice. «Al trabajar para otras marcas habíamos dejado de prestar atención a Herno, así que decidí que teníamos que centrarnos en nosotros mismos y elaborar ropa de lujo pero con un estilo casual«, afirma.

En palabras de Marenzi, lo que hicieron fue «volver al tipo de producto que habíamos hecho durante los años 70 y 80. Volvimos a fijarnos en los productos que habían sido la seña de identidad de la marca, pero manteniendo su carácter de exclusividad. En definitiva, combinamos la manufactura tradicional con los nuevos tipos de elaboración de artículos».

«Antes la calidad la determinaban los productos que estaban hechos a mano, pero ahora no es así», explica Marenzi. Para este ejecutivo que sigue viviendo en la pequeña localidad italiana de Lesa «el nuevo consumidor se fija actualmente en el rendimiento que le puede ofrecer una prenda: buscan algo ligero pero que abrigue, un impermeable que al mismo tiempo sea elegante. El cliente es mucho más exigente que antes y nosotros fuimos la primera compañía que tomó esta dirección hace diez años».

El presidente de Herno afirma que empezó a trabajar en el negocio familiar de forma natural. «Estuve involucrado desde que era un bebé y a los 15 años, durante las vacaciones de verano, empecé a echar una mano». Se ríe y no le cuesta reconocer que quizás su compromiso tiene que ver con que él forma parte ya de la segunda generación «y las segundas generaciones suelen estar más implicadas en las industrias familiares».

«Un lujo es ser libre y utilizar esa libertad de forma correcta»

Tras el mal momento que atravesó la firma a finales de los años 90 y con el comienzo del nuevo siglo, la estimación de ganancia para 2015 se sitúa en torno a los 70 millones de euros, un 19% más que el año pasado. Y para 2016 la expectativa es similar, ya que tienen previsto aumentar la ganancia entre un 15% y un 20%. Por eso Marenzi reconoce sentirse «muy seguro ante el futuro inmediato de la empresa».

¿Cómo ha llegado hasta aquí? ¿Se deja aconsejar en los negocios? Sorprende que un alto ejecutivo como Claudio Marenzi responda afirmativamente a esta pregunta. «Entre 2007 y 2012 escuché el consejo de un amigo mío que me recomendó la ayuda de un fondo financiero para hacer crecer la empresa. Así pasamos de facturar 7 millones de euros en 2007 hasta casi 30 millones de euros en 2012. Eso nos dio una estabilidad económica que me permitió dirigir la empresa», cuenta. Y señala que «siempre es importante escuchar a la gente, pero al final eres tú quien debe decidir».

Y ponemos punto final a esta entrevista con una pregunta que viene siendo habitual. Siendo loff.it una publicación de estilo de vida donde nos gusta la belleza y lo útil, queremos saber qué es un lujo (en un sentido amplio) para el director general de Herno. Y su respuesta nos deja sorprendidos porque no acude a lugares comunes: «Un lujo es la libertad de ser y hacer lo que tú quieres y lo que tú eres siempre. Así que para mí un lujo es leer un libro los domingos por la tarde, o tomar un baño en el lago Maggiore (junto a su casa) o quizás ser yo mismo, sin ningún tipo de compromiso». Y sentencia: «El lujo es ser libre y utilizar esa libertad de forma correcta».