Viaje al archivo histórico de Barbour.

La firma Barbour ha recurrido a su rico patrimonio en busca de inspiración para diseñar sus últimas creaciones. El gesto de volver a las raíces les honra y demuestra su sentido práctico: ¿por qué ir a beber a otras fuentes cuando las propias son tan ricas? Este mirar atrás ha sacado a la luz grandes clásicos de la marca, símbolos icónicos aparcados hace tiempo. Paradójicamente, el archivo histórico ha servido para modernizar sus característicos diseños.

Entre ellos (y para ellos) el tartán del distrito de Ayrshire al que pertenece la familia Barbour. La colección Dress Tartan, basada en la mezcla marino, rojo, piedra de las chaquetas enceradas Barbour, celebra sus raíces escocesas. Barbour Polo Club recuerda la colaboración de la casa con el equipo Household Cavarly Polo y comprende piezas como quilts ecuestres, polos y camisetas. La colección Country Heritage toma del paisaje rural inglés sus tonos verdes y marrones; las prendas incorporan detalles de pesca y también de caza como perros o faisanes bordados en chaquetas de punto y camisetas. La línea Steve McQueen, con tonos arena y azul cielo y falsos desgastados por efecto del sol, rememora la carrera de motocross para 500 participantes Lake Elsinore Gran Prix que, en 1970, contó con la participación del actor.

Entre las novedades para las chicas destacamos tres: prendas realizadas en edición limitada para su gama Premium, Gold Label, que, en esta ocasión, ha contado con la aportación de la diseñadora británica Alice Temperley; una paleta alejada de la tradicional que incluye verde manzana, rojo chile, lavanda y corteza y sus cazadoras acolchadas de inspiración motera. Pero lo más llamativo es quizá la gama Country Cottage: prendas y accesorios tocados con un espectacular estampado que recrea las flores cultivadas tradicionalmente en las casas de campo de Reino Unido. Deliciosos colores y dibujos en los forros de sus clásicas chaquetas.