Cabezas éticas y cosméticas.

Esta temporada, Mark y Mo Constantine nos presentan sus novedades para que te mimes. Siempre pensando en el cuidado del cabello, han incorporado a su extensa gama de productos otros que cubren las necesidades de los más exigentes. Como siempre, la calidad es la clave.

Como el champú suave Blousey, especial para cabellos teñidos o con mechas,  o el Sublime Acondicionador Sólido, con un 17% de sal marina, aceite de limón, coco y jojoba, que deja como la seda el cabello más rebelde. Y así hasta ocho productos, incluyendo una mascarilla profesional, el sueño de toda persona que cuide su melena.

Pero además de elegir cada materia prima natural, de elaborar artesanalmente cada uno de sus productos, de acercarse a la realidad de cada uno de los 51 países donde se vende LUSH, el matrimonio Constantine sigue manteniendo su compromiso ético desde los años 70, cuando abrieron su primera tienda en el Reino Unido. Entonces, idearon una empresa privada que mantuviera un estricto respeto por el medio ambiente, la defensa de los animales y la ayuda a los demás seres humanos. Por eso, todos sus productos son de origen vegetal. Ninguno de ellos emplea ingredientes cuya producción haya necesitado experimentar con animales. Y promocionan el comercio justo para permitir que los países más necesitados se incorporen al comercio internacional.

En LUSH no se trata de producir más sino de producir bien por eso sus productos no son exactamente iguales. Utilizan ingredientes diferentes: las naranjas de Italia no tienen el mismo color que las de Japón; además, los artesanos de sus ocho fábricas interpretan de manera diferente lo que hacen.

Y, sin embargo, todos los productos LUSH se reconocen por su calidad: los mejores aceites esenciales, frutos, vegetales, ingredientes sintéticos, miel y cera de abejas procesados a mano por grandes expertos.

Con la calidad como enseña y la ética como estandarte tienes todo para el cuidado del cabello a un precio muy razonable.