Paraíso zen en Tokio.
Un verdadero oasis de tranquilidad y quietud en la capital Nipona.
El de Chinzan-So es uno de los dos hoteles de la cadena hotelera de lujo Four Seasons en Tokio. A pesar de encontrarse en plena megalópolis y de que el tráfico y el ruido de la urbe le rodeen, estamos ante un verdadero oasis de tranquilidad y quietud, sólo posible gracias a la inquietud de sus arquitectos e interioristas, que decidieron crear aquí un espacio completamente zen. Para ello, se nutre de grandes jardines y todas las comodidades al alcance.
Desde sus plantas superiores es posible ver uno de los mejores skyline de la capital japonesa. Con 259 habitaciones, 44 de ellas suites, se han ocupado de los espacios privados del huésped del mismo modo que de los comunes: buscando la máxima quietud. Para ello, cada habitación cuenta con camas de gran tamaño, equipo de sonido, televisor de 32 pulgadas y un baño con ducha y bañeras separadas, suelos y paredes de marmol, productos cosméticos de L’Occitane y váter y bidé electrónico (detalle que suele maravillar a los turistas occidentales). Por supuesto, no falta el wi-fi o los adaptadores para reproductores mp3 o iPod.
Para clientes muy adinerados, la suite Imperial es la más indicada, y ocupa toda una planta. El resto, puede darse el capricho degustando la mejor gastronomía local en alguno de sus tres restaurantes: Miyuki, Seasons Bistro e Il Teatro, además de dos lounges donde tomar una copa: Le Jardin y Le Marquis. Y si no tiene hambre, otra opción es el spa, bautizado como Yu, y en el que, además de todo tipo de tratamientos y masajes (para uno en pareja), es posible nadar en su piscina, seguir tratamientos de hidroterapia personalizados, tomar el sol o llevar a cabo un programa de entrenamiento que los monitores basan en la música que lleve el huésped en su iPod.
El precio está a la altura de tanta categoría. Una pareja puede alojarse en el hotel a partir de 135 € en la habitación más sencilla. La más cara ronda los 460 €/noche.