Arquitectura y sexualidad: Mil metros cuadrados de deseo: los espacios del sexo.
El CCCB de Barcelona acoge '1.000 m2 de deseo. Arquitectura y sexualidad', una muestra que indaga en el proceso de creación de los espacios dedicados al sexo en la sociedad occidental.
¿Qué tienen en común la arquitectura y la sexualidad? Es la pregunta que trata de responder el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) en 1000 m2 de deseo. Arquitectura y sexualidad. Una singular exposición que explora a través de doscientas cincuenta piezas —dibujos y maquetas de arquitectura, instalaciones, audiovisuales, libros y diversos materiales—el poder del espacio como motor del deseo y demuestra cómo la arquitectura ha contribuido a la creación de los estereotipos de género de la actual sociedad patriarcal.
La muestra, que se articula en tres capítulos, disecciona el modo en el que se han proyectado, construido e imaginado los espacios dedicados al sexo en la sociedad occidental, desde el s. XVIII hasta nuestros días. Al tiempo, invita a revisar la vigencia de ciertos aforismos, así como el interés de algunos proyectos radicales (algunos de más de dos siglos) en nuestra contemporaneidad.
El recorrido comienza con un análisis de las utopías sexuales. Propuestas de arquitectos, pensadores y artistas que inciden en las arquitecturas dieciochescas diseñadas alrededor del deseo y que establecen cierta continuidad con comunidades mucho más contemporáneas como las hippies o los espacios radicales de los 60 y 70: Ettore Sottsass, Archigram y Superstudio, Haus-Rucker-Co, el Taller de Bofill o el trabajo visionario de Nicolas Schöffer y su ciudad utópica, la Ville Cybernétique. Mientras la segunda sección se centra en los refugios libertinos y el poder de los espacios y la decoración como motores de la sexualidad, la tercera explora las sexografías. En la estela del situacionismo de Guy Debord, la exposición presenta algunas cartografías de las pasiones contemporáneas por medio de piezas de arquitectos y artistas, y descubre espacios públicos codificados para el sexo, como parques, las calles o los lavabos públicos.
1.000 m2 de deseo examina, por último, el deseo en siglo XXI: el cibersexo, las apps de encuentros sexuales o el éxtasis telepático defendido por Yann Mihn. La experiencia discotequera es el territorio del arquitecto Pol Esteve. Mientras Ingo Niermann, con su plataforma de un ejército del amor propone una comunidad de voluntarios del sexo para crear espacios de satisfacción para los “excluidos habituales”, lejos de los estándares de lo atractivo. La exposición incluye también varios espacios autónomos que funcionan como “miniexposiciones” comisariadas por diferentes especialistas.
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1000 m2 de deseo. Arquitectura y sexualidad es una producción del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB). Hasta el 19 de marzo de 2017. Comisariado: Adélaïde de Caters y Rosa Ferré con el asesoramiento de Beatriz Colomina, Esther Fernández y Marie-Françoise Quignard.