José Saramago, escritor y defensor de la palabra comprometida. Biografía, citas, frases.
El Premio Nobel de Literatura José Saramago nació en la localidad portuguesa de Azinhaga el 16 de noviembre de 1922.
El escritor portugués José de Sousa Saramago vino al mundo en una familia pobre de labradores, en Azinhaga, en el Portugal profundo, en un tiempo donde nada hacía pensar que aquel niño se convertiría en uno de los escritores más importantes del mundo. Sus documentos oficiales dicen que nació dos días después de cuando realmente lo hizo, treta para escapar a una multa por no declarar el nacimiento en el plazo legal. Con tan sólo dos años, su familia se traslada a Lisboa. Algo después, allí, al inscribirse en la escuela primaria descubren que por error en su certificado de nacimiento se incluyó el apodo familiar, Saramago, como apellido. De esta forma, José se convirtió en el primer Saramago de la familia Meirinho Sousa.
Interesado en las letras desde pequeño, la penuria económica siempre lastró su educación, y la necesidad hizo que finalmente abandonara los estudios para entrar en una escuela de formación profesional para aprender el oficio de cerrajero. Durante casi una década ejerció de administrativo en la industria metalomecánica y en la Caja de Subsidio de Familia del personal de la industria mecánica. En 1947 publicó su primera novela Terra do pecado, pero dejó de escribir porque pensó que no tenía nada que decir. En 1969 manifestó su conciencia política al afiliarse al Partido Comunista Portugués, donde se convirtió en un militante muy destacado con una obsesión por participar equivalente a la obsesión de narrar. Pasarían algunos años hasta que por fin decidiera dejarlo todo y dedicarse de lleno a la escritura. Ahora si tenía algo importante que compartir.
Con su estilo inconfundible y una mirada sensible y reflexiva, Saramago exploró la complejidad de la naturaleza humana y su intento por mejorar su existencia. El primer libro con el que se dio a conocer fuera de Portugal fue Memorial del convento, con el que ganó el Premio del Pen Club Portugués de 1982. El mismo galardón lo ganó dos años después con El año de la muerte de Ricardo Reis. En 1992, recibió el Premio de la Asociación de Escritores de Portugal por El Evangelio según Jesucristo, al mismo tiempo que el Vaticano vetaba la obra. Premio Camoens al conjunto de su obra, su capacidad para volver comprensible una realidad huidiza, con parábolas sostenidas por la imaginación, la compasión y la ironía, fueron las razones para concederle el Nobel en 1998, el primer premio Nobel de Literatura en portugués.
Sus Citas y Frases célebres
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“La alegría y la tristeza pueden andar unidas, no son como el agua y el aceite.”
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“Lo difícil no es vivir con las personas, lo difícil es comprenderlas.”
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“Los únicos interesados en cambiar el mundo son los pesimistas, porque los optimistas están encantados con lo que hay.”
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“Los escritores viven de la infelicidad del mundo. En un mundo feliz, no sería escritor.”
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“Todo el mundo me dice que tengo que hacer ejercicio, que es bueno para mi salud. Pero nunca he oído a nadie decirle a un deportista: tienes que leer.”
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“No puedo arriesgarme a dar el triste espectáculo de que veaís a un señor mayor llorando.”
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“En verdad aún está por nacer el primer humano desprovisto de esa segunda piel que llamamos egoísmo.”
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“No he sentido jamás la necesidad de un triunfo, la necesidad de tener una carrera, la necesidad de ser reconocido, la necesidad de ser aplaudido... No he hecho en cada momento nada más que lo que tenía que hacer y las consecuencias han sido éstas, podrían haber sido otras.”
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“Ahora, no hay duda de que la búsqueda incondicional del triunfo personal implica la soledad profunda. Esa soledad del agua que no se mueve.”
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“No es pequeña contradicción estar dotado de tan poco sentimiento familiar y tener necesidad de una familia. Y esto sé que no tiene remedio. Se dirá que tengo a Pilar, pero Pilar no es familia, es Pilar. Sólo por ella no me siento en un desierto.”
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“Siempre acabamos llegando a donde nos esperan.”
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“El tiempo no es una cuerda que se pueda medir nudo a nudo, el tiempo es una superficie oblicua y ondulante que sólo la memoria es capaz de hacer que se mueva y aproxime.”
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“Se llega más fácilmente a Marte que a nuestro propio semejante.”