María Blanco.

De esas caras que uno desea tener enfrente cuando los reveses de la vida embargan la razón y necesitas la palabra justa, una historia que escuchar y un hechizo al que aferrarte.

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Mira firme. Sostiene con sus ojos cualquier tipo de argumento. Y te lo crees. Mira duro, con esa rotundidad y esa clarividencia que dan los años y los mundos que lleva dentro. Mira áspero, con esos ojos de hambre por saber, por seguir. Y mira amable, mira inquieta, mira alegre. Y tiene cara de lista, de esas caras que uno desea tener enfrente cuando los reveses de la vida embargan la razón y necesitas la palabra justa, una historia que escuchar y un hechizo al que aferrarte. Y parece amiga. Y confidente. Lo dice su gesto. Austero. Sin decorado. Libre.

Y estoy segura, de que diga lo que diga, los gorros de lana, esos que otorgan gravedad a las caras, le sientan de maravilla.

 Un sueño:

«Escribir de cosas que no sean economía o política. Escribir de la gente que llevo dentro, sus historias, sus temores. Rodeada de árboles y flores, en una montaña. Otras veces me sueño junto al mar».

Un recuerdo:

«Cuando tenía unos trece años, los sábados y domingos mi padre y yo nos despertábamos temprano, y mientras el resto dormía, leíamos los periódicos y hablábamos de política, o de religión o de lo que surgiera. No existía el resto del mundo. Sin quererlo él, y probablemente sin darse cuenta, me enseñó a cuestionar lo establecido».

Una persona:

«Cualquier persona me vale, todas imperfectas, todas diferentes, de todas se aprende, me da la sensación de que todas reflejan de alguna manera un trocito de mí misma por pequeño que sea».

Un viaje:

«Es muy difícil elegir uno. Recorrer Francia en coche con mi mejor amiga, sin calendario ni plan estricto. Italia con mi hija. Viena de nuevo (sola o en compañía de otros). Buenos Aires. Me gusta viajar para encontrarme con gente y que me enseñen cómo se vive en cada sitio».

Un olor:

«A libro viejo, a manuscrito. Olor a biblioteca antigua. Invita a sentarse y leer despacio, para deleitarse aprendiendo de quienes mucho antes que nosotros se dedicaron a plantearse lo que aún nos quita el sueño».

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María Blanco es profesora en Universidad CEU-San Pablo, profesora del Máster en Economía de la Escuela Austriaca en la Universidad Rey Juan Carlos y Miembro del Instituto Liberal Juan de Mariana.

Puedes seguirla en su twitter @godivaciones o en su blog.

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