Tocados y sombreros: Philip Treacy, el hombre que mejor tocaba a las mujeres.

Nombrar a Philip Treacy y tocarnos la cabeza es todo uno porque nadie como él sabe coronar un outfit de etiqueta; nadie tampoco, como él, para maravillarnos desde sus propuestas y desde su modo de contarlas, prepárate a recorrer una galería de más de 100 imágenes… más de 100 tocados junto a algunos sombreros que harán de ti la cabeza más bella de la fiesta.

Sofisticados, vanguardistas, sutiles, imponentes, florales, abstractos, monocromo, coloristas, elevados, a un lado, con plumas, escondiendo el rostro, cubriendo los ojos con velos, geométricos e incluso cascos… sea cual sea tu gusto y tu estilo, Philip Treacy tiene un tocado para tus ideas, uno a la altura de tus sueños y del mundo que bulle dentro de esa cabeza que, con la complicidad de Philip Treacy, lucirá coronada como  reina del momento.

Para mostrarnos sus propuestas para la primavera verano 2016, Treacy opta por los planos cortos pero en esta ocasión y a diferencia de ocasiones anteriores, opta por dar textura al fondo en lugar de dejarlo plano; de este modo un manto de flores blancas con matices rosas representa el fondo primaveral que da marco y ambiente a una mujer perfectamente maquillada y magistralmente tocada en todas y cada una de las piezas que luce.

El tocado no es ni ha sido nunca un detalle menor, muy al contrario, a través de su historia -cabe recordar que nos tocamos la cabeza desde tiempo inmemoriales- descubrimos como el tipo y estilo de tocado no sólo marca la moda del tiempo exacto en el que se usa sino que tras su forma, su tamaño y los materiales en los que toma forma, se esconde información adicional, cuestión de clase y estatus. Hoy en día los tocados se limitan a los outfit de gala y etiqueta pero, por escueto que pueda parecer ese ámbito, gentes como Philip Treacy han encontrado en él un espacio a llenar cada temporada con nuevas y sorprendentes ideas.

Acomódate y recorre la galería que ilustra esta noticia, déjate atraer y llevar por un mundo de belleza hecho sombrero y tocado disponiéndote a sufrir tu particular síndrome de Stendalh.