Escapada de invierno al Pirineo Aragonés.
El Pirineo Aragonés, uno de los destinos preferidos en nuestro país para disfrutar del invierno.
Las bajas temperaturas tiñen de blanco sus montañas y permiten la práctica de deportes en la nieve, donde el rey sigue siendo el esquí. Pero más allá del deporte blanco, los Pirineos ofrecen paisajes únicos, como los de los Valles Occidentales, pueblos con encanto, arte, historia e importantes tradiciones, que su privilegiada geografía se ha encargado de proteger.
El rico patrimonio artístico e histórico de esta zona tiene origen en el Camino de Santiago que entra desde Francia pasando por la mítica Canfranc, llegando a Jaca, cuya catedral y casco histórico da muestra de su importancia en el pasado. Muchos más pueblos ofrecen su rico patrimonio al viajero, como Aínsa, Conjunto Histórico Artístico por la importancia y buena conservación de su centro histórico en el que destaca la torre de la colegiata y también su plaza mayor. El románico impresiona en esta zona con ejemplos del nivel de San Juan de la Peña.
El Valle de Benasque es otra de las zonas de gran interés natural de los Pirineos oscenses, ya que en aquí se sitúa el Parque Natural del Posets Maladeta, con un paisaje impresionante donde se encuentra el pico Aneto, el más alto del Pirineo, además de 13 glaciares en los macizos Posets, Perdiguero y Maladeta y 95 lagos de origen glaciar con multitud de cascadas.
Sin duda, una tierra para descubrir: parques naturales, valles, montañas, historia y arte con el románico como protagonista y tradiciones de gran interés. Prepara ya tu escapada y disfruta del Pirineo Aragonés.
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Jaca, capital del Pirineo Aragonés
Considerada la capital del Pirineo Aragonés, la ciudad de Jaca es mucho más que un punto de partida para disfrutar de este destino de nieve. La cabecera de la comarca de La Jacetania también reclama tiene para ella, para demostrar su valor histórico, monumental y cultural. En su casco histórico, declarado Bien de Interés Cultural, alberga una de las primeras catedrales de estilo románico del país (s. XI) y una singular ciudadela pentagonal del siglo XVI. También sorprende la Casa Consistorial, la Torre del Reloj o la ruta modernista. Por la noche hay un gran ambiente en la ciudad y es un buen momento para tapear en sus bares.
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Monasterio de San Juan de la Peña
Los Pirineos albergan numerosas muestras de arte románico, pero si se busca la originalidad, hay que visitar el Monasterio de San Juan de la Peña, a las afueras de Santa Cruz de la Serós. Este monasterio, que se encuentra bajo una gran roca, fue el más destacado de Aragón durante la Edad Media. En su interior destacan el Panteón de Nobles con las pinturas de San Cosme y San Damián, el Panteón Real y el magnífico claustro románico. En este templo fueron sepultados un gran número de reyes aragoneses y forma parte del Camino de Santiago.
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Parque Natural de los Valles Occidentales
En el extremo más occidental del Pirineo Aragonés se despliegan una serie de valles de vegetación húmeda y fresca, que ofrecen al visitante magníficos hayedos, abetales, bosques de pino negro y tejos, así como pueblos de gran tradición pirenaica que se mimetizan con el entorno. Destaca la Selva de Oza y el bosque de Gamueta, que son buenas opciones para hacer senderismo y descubrir lugares pintorescos como Aguas Tuertas. También son paradas obligatorias los pueblos de Aísa, Hecho y Ansó, con sus casas de piedra y las tradicionales chimeneas troncocónicas.
Foto: www.valledehecho.es
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Deslizarse en la nieve
El invierno es la estación más deseada para visitar el Pirineo Aragonés, pues la nieve se acumula y permite la práctica de deportes de invierno, como el esquí, los trineos, las raquetas o el patinaje sobre hielo.
Las estaciones del Pirineo ofrecen actividades diversas y diferentes niveles para que disfruten tanto expertos como principiantes. Prepara tu equipo y ven a disfrutar de la nieve a Astún, Candanchú, Cerler, Panticosa o Formigal.
Foto: astun.com
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Hotel Barosse (Barós, Jaca)
En el pintoresco pueblo de Barós, a tan sólo 2 km de Jaca, el Hotel Barosse es una fantástica opción para los que quieren conocer el Pirineo Aragonés teniendo como base un alojamiento de autor, donde la exquisitez de los pequeños detalles aflora en cada rincón. El Barosse, que ahora celebra su décimo aniversario, está pensado para el público adulto que busca intimidad y descanso en un entorno natural de gran belleza. Sus paredes de piedra acogen tan sólo cinco habitaciones, cada una con su propia personalidad, cuyos propietarios redecoran constantemente con mucho mimo. También cuenta con un coqueto jardín, un pequeño spa privado y un jacuzzi exterior. Aquí, el arte románico, el Camino de Santiago, los pueblos tradicionales, los bosques milenarios, las cumbres y los deportes de invierno están al alcance de la mano.