Exposición Vistiendo el Tiempo Tissot viste su tiempo en el Museo del Traje.
Se puede visitar hasta el 24 de enero de 2016.
Es una excelente oportunidad para ver el paralelismo que existen entre la relojería y la moda que algunas veces no vemos porque no lo observamos como un todo ni analizamos las conexiones que existen. Sin embargo, la exposición “Vistiendo el Tiempo” pone los relojes de Tissot en su contexto histórico y social y trata de explicar cómo la moda y la relojería reflejan los cambios sociales y antropológicos que se han vivido desde la segunda mitad del siglo XIX hasta la actualidad. El punto de partida es la segunda mitad de siglo XIX, la época en la que Tissot fue fundada (1853) y concluye con uno de los últimos lanzamientos de este año, el reloj T-Race que Tissot ha creado para su embajador Tito Rabat.
Con esta exposición se repasan los últimos 160 años de la historia de Tissot y de la moda con 29 relojes del archivo de la firma suiza y 29 trajes que pertenecen al Museo del Traje de Madrid.
El comisario de la exposición y presidente de la Asociación Amigos del Museo del Traje, José Luis Díez, constata que Tissot es una marca que a lo largo de su historia “se ha arriesgado y no ha tenido miedo a enfrentarse a la realidad del momento y a jugar con ella”. Por ejemplo, mientras que en las décadas de los 70 y 80 en la moda los diseñadores experimentaban con nuevos materiales como las fibras sintéticas, el plástico o el metal, Tissot no tuvo miedo de fabricar el reloj Idea 2001 completamente en plástico, excepto la espiral del mecanismo. No tuvo éxito porque se adelantó demasiado a su tiempo. Ahora sin embargo sí que tenido gran aceptación el System 51 de Swatch, pero más de cuatro décadas después. También creó el Wood Watch, en madera, y el Rock Watch, con piedra de los Alpes. Son solo un ejemplo de las piezas curiosas que se exhiben en la exposición “Vistiendo el tiempo”.
Por lo que respecta a la moda, la mayor parte de los trajes son femeninos porque mientras que hasta el siglo XVIII era el hombre el que marcaba la pauta de la moda, tras la Revolución Francesa la moda masculina es más sobria y su evolución es mínima. En la muestra se exponen obras de Balenciaga, Dior, Chanel, Thierry Mugler, el vestido Delphos de Fortuny adquirido por Charlie Chaplin para su mujer –es la primera vez que se ve en una exposición- o un vestido de Sybilla que es una de las piezas más icónicas de los años 80.
La exposición “Vistiendo el Tiempo” permanece abierta en el Museo del Traje hasta el 24 de enero y su entrada es gratuita.
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El siglo de las revoluciones (1850-1900)
Desde el punto de vista de la moda para reflejar esta época se ha elegido el chaleco de piel (Circa 1850) y un vestido femenino de la época con criolina. Y los relojes más representativos son un reloj de bolsillo y otro colgante. Las interconexiones son muy claras en este momento en el que Tissot comienza a escribir su historia. Por ejemplo, el chaleco tiene su razón de ser porque era necesario para guardar los relojes pero más adelante, en las primeras décadas del siglo XX, esta prenda comenzará a desaparecer cuando los hombres sustituyan el reloj de bolsillo por el de pulsera. El mismo estilo decorativo del chaleco lo vemos también en el reloj de bolsillo de Tissot.
El traje femenino es elegante y lujoso al igual que el reloj colgante expuesto que es de oro con diamantes. La mujer con su vestido y su reloj colgante exhibe el poder económico de su marido. Ella es el escaparate de la fortuna familiar.
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Desde el punto de vista de la moda para reflejar esta época se ha elegido el chaleco de piel (Circa 1850) y un vestido femenino de la época con criolina. Y los relojes más representativos son un reloj de bolsillo y otro colgante. Las interconexiones son muy claras en este momento en el que Tissot comienza a escribir su historia. Por ejemplo, el chaleco tiene su razón de ser porque era necesario para guardar los relojes pero más adelante, en las primeras décadas del siglo XX, esta prenda comenzará a desaparecer cuando los hombres sustituyan el reloj de bolsillo por el de pulsera. El mismo estilo decorativo del chaleco lo vemos también en el reloj de bolsillo de Tissot. El traje femenino es elegante y lujoso al igual que el reloj colgante expuesto que es de oro con diamantes. La mujer con su vestido y su reloj colgante exhibe el poder económico de su marido. Ella es el escaparate de la fortuna familiar.
En este periodo cambia la perspectiva en el arte y en la moda. Son momentos de grandes cambios. Llega la modernidad y diseñadores como Chanel, Poiret y Fortuny liberan a la mujer del corsé. Se puede ver el Fortuny que Charlie Chaplin le regaló a su mujer que es la primera vez que se expone y el abrigo La Samaritaine de 1917, que deja constancia de la gran influencia que tiene Oriente en Europa en ese periodo.
En relojería también hay muchos cambios. El primer reloj de pulsera que fabrica Tissot es femenino (1911) pues la mujer estaba más acostumbrada a llevar pulseras y no le supuso ningún problema adaptarse a él, pero no ocurrió lo mismo con los hombres que no lo veían muy varonil. Solo después de la II GM cuando los relojes fueron utilizados por los pilotos, la perspectiva de los hombres cambió. El primer reloj masculino de Tissot es de 1912 y en esa sección de la exposición vemos el reloj Banana de estilo Art Nouveau, que aunque fue creado para el hombre es ahora un reloj que lo utilizan más la mujeres; también se expone el Porto con forma tonneau de estilo Art Déco y un reloj joya femenino con una importante innovación técnica pues evita que le entre el polvo. Cabe destacar que en 1930, la firma suiza lanzó al mercado el primer reloj antimagnético.
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La paz tras las guerras (1945-1960)
Las dos guerras mundiales cambiaron profundamente la sociedad y la mujer tuvo que trabajar para mantener a la familia porque los hombres estaban en el frente. Pero con la paz, muchas mujeres vuelven a casa, aunque otras continúan trabajando. La mujer es polifacética y eso se ve en la moda y en la relojería. Se ha utilizado el slogan de Tissot: “Una mujer joven, tres relojes”, para reflejar las distintas tendencias en el modo de vestir: del ama de casa, la mujer trabajadora y la mujer que luce sus mejores galas durante la noche. Están expuestos vestidos de Balenciaga, Dior –representado un traje de estilo New Look con el que el diseñador la encorseta de nuevo con cinturas ceñidas- y Jean Dessés, entre otros.
Y la mujer podía elegir entre diferentes relojes de Tissot desde un reloj con pulsera de cordón a otros con brazalete de oro para los momentos más especiales. Uno de los relojes masculinos de mayor éxito de esos años fue el Navigator (1951), el primer reloj de pulsera que indicaba los 24 husos horarios sin manipulación.
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Los nuevos materiales (1960-1980)
Son los años de la era espacial y de la revolución en los materiales. Nace un nuevo concepto de moda. La minifalda es una revolución y los diseñadores quieren conquistar a los jóvenes con diseños más arriesgados. La moda y la relojería hablan el mismo lenguaje y en los dos campos se experimenta con nuevos materiales. En la esta exposición lo vemos en los vestidos de plástico de Mary Quant y Ungaro y el de metal de Paco Rabanne.
Tissot lanza en este año su revolucionario reloj mecánico de plástico Idea 2001 (1971) y varios modelos femeninos en los que apuesta por el diseño como el reloj el Argent finlandais (1973) creado por el diseñador finlandés Peka Piekäinen o el reloj Pinky 81971) a juego con un anillo. De 1968 es el Tissot Carrousel con biseles de colores intercambiables.
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Vestidos para el éxito (1980-2000)
El final del siglo XX está marcado por el “dress for successs”. En moda no hay una única tendencia. Conviven el el yupismo, el casualismo, el grunge, el neorromanticismo de Vivienne Westwood y el minimalismo que por ejemplo Giorgio Armani expresa reinterpretando el traje.
Las fronteras entre los sexos se diluyen. Desaparece la decoración de la moda y triunfa el estilo unisex. Uno de los vestidos más importantes de los 80 es el creado por Sybilla en el que juega con elementos muy españoles como la tauromaquia, la religiosidad española y el concepto del sol.
La relojería mecánica se enfrenta a su crisis más importante con la llegada del cuarzo y se tiene que reinventar para sobrevivir. Como en la moda, Tissot impone a sus relojes un estilo unisex y lo vemos en el Tissot TwoTimer (1986), el primer reloj de pulsera del mundo con hora digital y analógica que controla siete funciones con la corona; y el Tissot Sotsass (1989).
Pero la firma suiza también asume riesgos como en moda se salió de la norma Jean Paul Gaultier. Sus relojes más singulares de este momento son el Rockwatch (1985) con piedra de los Alpes y el Woodwatch (1989) con caja de madera.
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La era digital (siglo XXI)
Todavía no hay perspectiva histórica para definir las tendencias que marcarán este siglo pero sí que se ve cómo en estos primeros años el hombre se atreve con la moda porque sigue la estela de importantes deportistas de los que nadie pone en duda su masculinidad. Ocurre lo mismo que a comienzos del siglo XX cuando el hombre adoptó el reloj de pulsera después de que lo utilizaran los pilotos.
La moda es cíclica y se heredan muchas tendencias de años anteriores como la influencia de Mariano Fortuny en el estilo de Issey Miyake como Adolfo Domínguez, el dandismo o la doble moral con cortes superfemeninos por encima de la rodilla, como Chanel, pero con flecos para tapar la pierna.
Las nuevas tecnologías e internet revolucionan la sociedad. El mundo es táctil como el T-Touch de Tissot (1999), está de moda lo vintage, el estilo deportivo y los relojes joya. El mundo global está polarizado y Tissot es un fiel reflejo de esa realidad.
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