Iñaki García.

Músico, pianista exactamente, y productor de cantantes como Dani Martín y Virginia Labuat, también es él el que está tras el piano, el de sus conciertos y el de sus discos. Trabaja sin descanso entre los bolos de unos y de otros, los directos, las grabaciones, los vídeos… y sonríe y ríe permanentemente.

Un sueño

«Tener siempre la oportunidad de hacer algo creativo musicalmente. Algo que me permita expresar libremente lo que siento, sin condicionamientos estilísticos ni económicos. Sin fecha de entrega. Libre. Me doy cuenta que el proceso creativo es la parte más bonita de cualquier experiencia artística. Es la parte donde te sientes más vivo.Y sinceramente, me considero una persona muy afortunada porque muchas veces, cuando estoy solo en casa, sentado al piano, he conseguido rozar ese sueño.»

Un sabor

«Iba a decir chocolate negro, pero…prefiero cambiar, porque el sabor que te voy a decir es muchísimo más dificil de conseguir, al menos en pleno Madrid. Me encanta el sabor de un tomate recién arrancado de la mata. Tengo un vago recuerdo de ese sabor cuando era pequeño y mi abuelo, que tenía un huertecito, me llevaba a recoger tomates y siempre me daba alguno para catar… Era increible…y muy pocas veces lo he podido volver a experimentar con esa intensidad.»

Un viaje

«Me gusta mucho viajar a Nueva York. Intento hacerlo al menos una vez al año porque me parece una ciudad tan hostil como fascinante. Una ciudad de extremos, sin contemplaciones y rebosante de Música y Arte en general. Una especie de cazo enorme dónde se cuecen un montón de iniciativas y de formas de adaptarse a los cambios, que además surgen de la enorme mezcla cultural que la ciudad ofrece.»

Un capricho

«Tengo uno muy reciente! Hace poco entré por casualidad en una tienda de pianos. Era un local enorme. Avancé hacia el fondo mientras dejaba a los lados pianos
de todo tipo (eléctricos, acústicos, de pared, de cola…). Algo me seguía llevando hacia el fondo. Y allí estaba, en un rincón de la tienda, en la penumbra.
Lo contemplé durante un rato antes de sentarme y poner las manos sobre sus teclas. Era un Steinway de 1923, completamente restaurado, pero con la madera original. El único que no tenía precio. A día de hoy, ése es mi capricho.»

Un recuerdo

«Cualquiera, siempre que sea compartido. Me encanta sentarme a charlar con un amigo mio al que conozco hace 17 años. Hace poco lo hicimos y estuvimos cerca de
7 horas en una cafetería solamente recordando viejas anécdotas del pasado. Podíamos hacer estado otras 7 horas más. Y lo más bonito de aquello no fué el valor de las anécdotas en sí mismas, sino el valor de poder seguir compartiéndolas.»

Puedes encontrar y seguir a Iñaki en su twitter y en su tumblr.