Que el invierno sea eterno en el Grand Hotel des Bains.
Este palacio de St. Moritz es uno de los emblemas del lujo suizo. Perteneciente a la cadena Kempinski, fascina por su sofisticación.
Su nombre completo es Kempinski Grand Hotel des Bains St. Moritz, siete palabras que sintetizan, como si de una escala musical se tratara, todo lo que es este cinco estrellas suizo. Porque es un hotel, es grande, tiene unos baños termales de altura y, además, está en la estación de St. Moritz, sinónimo de lujo alpino.
Aunque está pensado para hospedar a amantes adinerados del deporte alpino, no estaría mal tampoco que una gran tormenta impidiera practicarlo durante unas horas y, así, tener que disfrutar de sus instalaciones. Y es que ‘encerrarse’ en el Grand Hotel des Bains puede serlo todo, menos una desgracia.
Las cifras ya dejan claro que estamos ante todo un ‘hotelazo’. Cuenta con 184 habitaciones (desde 530 €/noche), divididas en hasta 11 categorías diferentes, siendo las Grand Deluxe, con hasta 39 metros cuadrados de superficie, las más numerosas. La más lujosa y espaciosa es la Suite Presidencial, con tres dormitorios, dos baños, un comedor… y así hasta 320 metros cuadrados. Aunque, quizás, las más originales sean las Tower Suites, por su localización en las torres que presiden la fachada del establecimiento. Cada una cuenta con dos dormitorios y un salón (120 metros cuadrados).
Entre los detalles a destacar no podemos olvidar sus baños con suelo radiante, lo cual es de agradecer en pleno invierno, así como la oportunidad de degustar las especialidades del Cà d’Oro, un estrella Michelin de cocina mediterránea con un toque moderno. No es el único restaurante del complejo, pues cuenta con el Enoteca, especializado en vinos; el Sra Bua, de cocina asiática; y Les Saisons, con una parrilla propia y que hace las veces de restaurante principal y familiar.
Pero si por algo destaca es por su spa, con una piscina cubierta y una zona para saunas de más de 2.800 metros cuadrados, en donde no falta un solarium, aromaterapia, cabinas de masaje y tratamientos, jardín alpino y un gimnasio completo.
La situación del Grand Hotel es privilegiada, ya que es el único cinco estrellas de la zona con acceso directo a las pistas de esquí campo a través habilitadas en Saint Moritz, y se encuentra a espaldas del ‘cable car’ de la estación, por lo que apenas se pierde tiempo en traslados. De hecho, quien lo desee, puede ir desde la puerta del hotel ya en sus esquíes hasta la cabina. Además, el circuito Hahnensee comienza enfrente de su lobby, así como forma parte del recorrido de la maratón alpina Engadine. Como para no ser el favorito de los deportistas amantes del invierno blanco.
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