Nieves Álvarez.
Espontánea y dulce, la nueva embajadora de "Momentos Mágicos, Momentos Rochas" luce una mirada intensa y una sonrisa permanente.
Dicen que el saber estar es algo con lo que se nace. Que la elegancia es un don innato que algunos poseen durante toda la vida y allá por donde pisan dejan constancia de ello. Hay personas que dejan huella con cada paso, cada una a su manera, pero todas ellas de forma intensa y única.
Nieves Álvarez, con su mirada azul intensa, pertenece a ese selecto grupo de personas. Su espontaneidad y frescura hacen gala de una dulzura que se ve reflejada en cada frase que pronuncia. Ella habla con tranquilidad pero sin pausa, y si uno cerrase los ojos podría incluso escuchar la sonrisa que siempre tiene en los labios.
Han pasado ya muchos años desde que en 1992 quedase finalista del concurso Elite look of the year, el cual sería el comienzo de un gran camino. Y si por aquel entonces alguien le hubiera insinuado que llegaría a desfilar para diseñadores y casas como Christian Dior, Hermès, Yves Saint Laurent o Armani, probablemente hubiera sonreído con la misma delicadeza con la que lo hace ahora. Está claro que para que uno tenga claro dónde quiere llegar, tiene que recordar siempre de dónde viene y Nieves Álvarez, como si no hubieran transcurrido dos décadas, todavía recuerda los nervios que sintió la primera vez que pisó una pasarela.
“Me sentía cómoda delante de una cámara, me gustaban los desfiles, luego me empecé a fijar en las revistas, veía las fotos y a las top models y era algo que me atraía”. La moda le fascinaba desde que era pequeña y de este sector le sigue llamando la atención y encandilando prácticamente lo mismo. Ha diseñado ropa para niños, presenta su propio programa de televisión, Flash Moda en TVE, y ahora es imagen de la nueva campaña de Rochas “Momentos Mágicos, Momentos Rochas”.
Nieves Álvarez es la embajadora de esta iniciativa y el fiel reflejo de todos los valores de la Maison parisina, entre ellos la frescura, la sensualidad y la elegancia. “La elegancia es una actitud, la manera que tú tienes de caminar, de sentir y hablar”, y nadie mejor que ella, con su especial magnetismo, para saber que la elegancia puede ir envuelta incluso en unos jeans y una americana.
Su carrera profesional ha estado guiada por pasos firmes y decididos y confiesa que le apasiona el mundo de los perfumes, siendo sus preferidos y con los que se siente más identificada aquellos que llevan toques cítricos. Pero, sin duda, como a la mayoría de mujeres desde hace varias generaciones, Eau de Rochas ha marcado su infancia y también su madurez. En parte gracias a su seductor aroma y sobre todo por haberse convertido en una fragancia singular que es sinónimo de lujo atemporal.
“Las fragancias te conquistan porque te sientes identificada con ellas, cuando las sientes, las hueles…” y a ella, como le ocurre a casi todo el mundo, le encanta encontrar de pronto aromas que le recuerdan a personas a las que guarda cariño. “Los momentos mágicos son los más pequeños, los más sencillos, los que compartes con los tuyos, con tu familia y tus amigos”. Son esos los que perduran, al igual que permanece en el tiempo y en la memoria un buen perfume.