Villa Marina Capri, descanso frente al Mediterráneo.

Una mansión al norte de Capri, con impresionantes vistas al Mediterráneo y a la bahía de Nápoles, es el rincón donde los amantes de la elegancia y el lujo deciden descansar cuando viajan a la isla más glamourosa de Italia. El inmueble acoge el hotel Villa Marina Capri, un cinco estrellas de 21 habitaciones en el que todo está cuidado al detalle para el confort, con un sentido de la exclusividad sencillo y cercano.

Cada una de sus habitaciones y suites está decorada de un modo. Son completamente diferentes, desde más clásicas a una distribución de vanguardia. Eso sí, cada una cuenta con un objeto o una obra de arte que perteneció a alguno de los artistas que dejaron su huella en la isla. Neruda, Munthe, Malaparte, Marinetti son algunos de ellos.

En cierto modo, el Villa Marina funciona como casa de huéspedes, pues los clientes son como invitados para los que se reservan veladas en los locales más de mola de la isla, así como cenas en los mejores restaurantes. Una camarera se encarga del equipaje tanto a la llegada como a la salida y sus limusinas se encargan de llevar a los huéspedes a donde deseen en cada momento. Eso si no se quiere navegar en su yate privado, en un ‘gozzo’ (la embarcación tradicional de Capri) o en un barco a vela.

Nada más llegar, la bienvenida en la habitación se traduce en un aperitivo con cócteles, pequeños canapés, frituras templadas y fruta fresca. Y si hay que descansar, se puede elegir entre relajarse en el solárium del jardín con piscina, o en el centro spa Stai, donde regalarse un tratamiento multisensorial.

Imposible no disfrutar durante la estancia de su restaurante Ziqù, decorado con piedra rústica y muy elegante. En su menú, joyas de la cocina mediterránea italiana que se pueden degustar bajo una pérgola tradicional con vistas al mar si el tiempo lo permite. Destaca la pasta, con Tortelli fresco de verduras con puerros y patata acompañados de consomé de pollo y ricotta; o platos como el Lomo de ternera con costra de alcachofas con espárragos, setas y salsa Rossini.

Lujo y estilo sencillo en una isla mágica. Desde 800 €/estancia.