De negocios en Budapest.

Budapest se ha convertido en el primer destino urbano de un cinco estrellas de Iberostar. Olvídese de la pulsera de los resorts y los daiquiris sin fin. Ahora la firma mallorquina pretende hacerse con el segmento de las escapadas culturales y los viajes para ejecutivos que no están dispuestos a renunciar al lujo. Lo hace con un hotel enclavado dentro de un edificio histórico reconstruido respetando la construcción original, con un gran atrio central al que dan los pasillos de las habitaciones de las tres primeras plantas, dispuestas en un cuadrado. Las otras dos de las cinco de las que consta, con las mejores vistas, se han añadido, diferenciándolas del edificio blanco mediante una gran construcción de color negro.

Consta de 50 modernas habitaciones y suites (3 Junior Suite, 20 habitaciones Standard, 9 habitaciones Executive, 15 habitaciones Deluxe y 3 habitaciones Economy) repartidas en cinco plantas y equipadas con minibar, máquina de café y té, carta de almohadas, o Ipod Dock Station entre otros servicios. A partir de 140 €/noche.

La oferta gastronómica del hotel ha sido cuidadosamente pensada para unir tradición ibérica y menú internacional. En los fogones, Juan Carlos González, en cuyo restaurante La Plaza ofrece tapas de siempre y los mejores cócteles. Para catar, vinos españoles o algunas de las bebidas típicas de Hungría, y todo ello junto a una zona privada con ordenadores por si hay que mandar un mail urgente entre plato y plato. Además, el buffet de desayuno es impresionante, con mucha variedad y platos servidos al gusto al momento.

Inspirado en las propiedades de las plantas y los minerales, el Spa del hotel ofrece una amplia gama de tratamientos aplicados por expertos terapeutas. El Iberostar Grand Hotel Budapest ha adaptado el concepto de Spa Sensations en un centro wellness que incluye sauna, jacuzzi, spa, salas de masajes y baño turco diseñados para facilitar el descanso y la máxima relajación.