San Montano, un hotel con vistas 360º

¿Por qué Isquia? Porque sorprende al turista tanto si llega de día, por su ubicación en lo alto de un peñón y por su tamaño, siendo la isla más grande del golfo de Nápoles, como si llega de noche, cuando las luces del puerto iluminan las fachadas de las casas y se intuyen las figuras de los barquitos amarrados bailando una canción lenta sobre las leves olas de un mar ya dormido.

Frente a la costa amalfitana, situada en la entrada al golfo de Nápoles donde se alza majestuoso y desafiante el Vesubio y con Capri como vecina, esta “isla verde”, nombre por el que popularmente se conoce a Isquia, es un paraíso que solo los turistas más selectos eligen como destino de vacaciones. Y ya puestos a perdernos en un paraíso terrenal, pongámonos al servicio del lujo que ofrece el San Montano Resort & Spa, un hotel en lo alto de un acantilado cuyas impresionantes vistas se convierten en el reclamo de los viajeros más sibaritas.

En Lacco Ameno, a 108 metros sobre el nivel del mar se encuentra este hotel de 5 estrellas y como tal, ofrece servicios propios de un 5 estrellas. Para empezar, el  San Montano dispone de una zona de playa privada, con sus tumbonas y toallas correspondientes a la que se accede con un autobús lanzadera; sauna natural, dos piscinas exteriores, una de ellas de aguas termales; un exclusivo spa con maravillosas propiedades derivadas del origen volcánico de la isla y una serie de tratamientos únicos, como una terapia de barro natural. Además, el complejo cuenta con una piscina Kneipp cubierta y 5 bañeras de hidromasaje con vistas a la bahía de San Montano.

Todas las habitaciones del hotel están decoradas con un estilo clásico marinero, con un timón de madera a modo de cabecera. Algunas de ellas incluyen terrazas o balcones desde los que asomarse a contemplar el paisaje. Depende de la ubicación de la habitación, encontraremos unas vistas u otras: al este  Nápoles, el Vesubio y la península de Sorrento; al sur el verde exuberante del Monte Epomeo; al oeste una colina con el azul del mar de fondo en el que sobresalen las islas Pontinas. ¿Qué tienen en común? La posibilidad de ver reflejado en el cielo la amplia gama de colores que manifiesta el sol en sus atardeceres: rojos, rosáceos, amarillos cálidos… Y, como todo en la vida, esto también tiene un precio y el mínimo en temporada alta son 170€ por la habitación estándar que llega hasta los 550€ en el caso de la suite.